Usar aceites insaturados, en lugar de grasas saturadas, puede ayudar a reducir la incidencia de afecciones crónicas.
Por Angie Murad, dietista del Programa de Vida Sana de Mayo Clinic
El cuerpo necesita algo de grasa para funcionar normalmente, pero no todas las grasas son iguales y lo más sensato es optar por las más sanas, siempre que sea posible.
En este minuto de Mayo Clinic, Angie Murad, dietista del Programa de Vida Sana de Mayo Clinic, ofrece 5 sugerencias para seleccionar aceites de cocina.
“Tanto el aceite de canola como el de oliva son muy versátiles”, dice Murad. “Son magníficos para muchas recetas diferentes, e incluso repostería”.
Murad dice que usar aceites insaturados, en lugar de grasas saturadas, puede ayudar a reducir la incidencia de afecciones crónicas, como diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
“Los aceites vegetales y de semillas contienen grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas”, explica Murad.
Anota que estas grasas aumentan el colesterol sano, que es el colesterol de las lipoproteínas de alta densidad. Además, ayudan a reducir el colesterol malo, o colesterol de las lipoproteínas de baja densidad.
Murad también indica que los aceites de semillas, como el de maní (cacahuate) y de sésamo (ajonjolí) tienen sabor más fuerte y mayor punto de humeo, por lo que son estupendos para marinar y saltear. El menor punto de humeo del aceite de nuez lo convierte en el mejor para las ensaladas.
Solo recuerde que todos los aceites tienen muchas calorías. “Por ello, hay que usarlos con moderación”, añade Murad.
Por último, dice que tener utensilios de cocina antiadherentes y un aceite en espray permite reducir la cantidad de aceite necesaria para preparar cada plato.