¿Estimulando el músculo?

Con la electroestimulación el deportista gana varios beneficios; pero debe recordar que es solamente un complemento y no un sistema único de entrenamiento.

Por Carolyn Hernández

La electroestimulación es una técnica con la que se consigue activar la musculatura a través de la utilización de una corriente eléctrica. Se utiliza para rehabilitación y entrenamiento. Hay dos formas para aplicarla: invasiva (en agujas) o no invasiva (electrodos de superficie). “Cuando la electroestimulación se aplica por medio de electrodos, puede contraer directamente la musculatura (electroestimulación muscular) o contraerla indirectamente mediante la activación de las ramas terminales de los axones neurales (electroestimulación neuromuscular EMS). La EMS se suele aplicar de forma local, mediante la colocación de electrodos en el vientre muscular, lo más cercanos posible al punto motor. Varios artículos demuestran la eficacia de la EMS local para mejorar la fuerza muscular y producir adaptaciones neurales en sujetos sanos, en pacientes tras una intervención quirúrgica y también en pacientes con enfermedades crónicas”, explica Antonio José García, director deportivo de la Universidad Alfonso X el sabio (España).

Otra forma de aplicarse la EMS es por medio de la utilización de trajes o chalecos, que estimulan simultáneamente hasta 14-18 regiones corporales, como ambos muslos, ambos brazos, nalgas, abdomen, pecho y zona baja y alta de la espalda, entre otros.

¿Qué se gana?

Antonio José, quien también es fundador de WorldTFitness comenta que el deportista va a obtener gran beneficio de este método en la parte de rehabilitación y readaptación de lesiones deportivas. “Los estudios han demostrado que durante un proceso de inmovilización es más eficaz que el entrenamiento voluntario para evitar la pérdida de la función muscular, así como para evitar la atrofia muscular”.

Otro beneficio es la ganancia de fuerza muscular y a su vez, que el tiempo necesario de entrenamiento para sobrecargar la musculatura es menor al de una sesión de entrenamiento voluntario.

¿Cuáles son los riesgos?

Específicamente centrándose en los chalecos y trajes, son contraindicados para personas con hipertensión, epilepsia, problemas cardíacos, embarazadas, niños y pacientes con diversas patologías como la diabetes. “Aplicarlos en estas personas provoca niveles sumamente excesivos de fatiga, desencadenando un proceso de muerte celular programado ante una situación de estrés, lo que se denomina rabdomiolisis. Esto se traduce en cuarenta veces mayor daño muscular que el que produce correr una maratón. Además, los impulsos eléctricos que produce el “traje” no solo contraen de forma involuntaria los músculos que se tienen como objetivo, sino también los órganos que se encuentran en la misma área. Este fenómeno podría acentuar diferentes patologías ya existentes en órganos vitales, tales como corazón, estomago e intestino”, señala el director deportivo.

Si le interesa el estilo de vida saludable, debe empezar a realizar actividad física, pero de la mano de un profesional de la materia, para que lo aconseje y guíe por el camino correcto.

  • En caso de que se combine con actividades de fuerza o coordinación, debe hacerse a continuación de estas actividades. Si se combine con actividades de resistencia, la electroestimulación podría hacerse antes de estas otras actividades.
  • “Se trata de un medio de entrenamiento muy reciente, cuyos efectos colaterales sobre la salud se desconocen”. NSCA-Spain, estudio de A.J. Herrero (2015)

¿Cuánto es suficiente?

¿Cuántas veces hemos escuchado o leído esta publicidad? ¿Realmente es cierto? Según las recomendaciones del Colegio Americano de la Medicina del Deporte (ACSM), una de las mayores organizaciones internacionales médicas profesionales a nivel mundial orientada al ejercicio y la salud, una persona debería realizar una media de 150 a 200 minutos/semanales consumiendo aproximadamente 1.200 a 2.000 kcal. Conociendo estas cifras, debemos preguntarnos si el cuerpo humano en tan solo veinte minutos semanales es capaz de consumir 2.000 kcal. Según diferentes estudios, ni siquiera un profesional del deporte es capaz de metabolizar tal cifra de energía en tan poco tiempo; es fisiológicamente IMPOSIBLE. Le pregunto: ¿comería únicamente una vez a la semana?

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