La ruleta rusa del sexo

Vacunas contra enfermedades de transmisión sexual están lejos de estar listas.

Por: German Salas.

 

La próxima vez que usted vaya a tener relaciones sexuales sin protección o con personas que no conoce, sepa que juega con una pistola cargada que lo podría llevar a la muerte.

Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) siguen ganando terreno en hombres y mujeres y no hay una vacuna que nos garantice que vaya a frenar esta epidemia.

“Por más pruebas que se han hecho contra muchas enfermedades, no se ha logrado obtener un resultado lo suficientemente satisfactorio”, explica la exministra de salud e infectóloga, María Luisa Ávila.

Se estima que en la última década se han realizado hasta 2500 pruebas para vacunas contra las enfermedades de transmisión sexual, todas insuficientes para comercializarse como seguras, la gran mayoría contra el SIDA.

¿Qué frena el éxito de estas vacunas?

Ávila destaca que el hecho de que los virus, principalmente el del SIDA, muten con tanta facilidad y frecuencia hace casi imposible tener una sola vacuna contra estos padecimientos.

“Se ha detectado que cuando ya se tiene una combinación química casi exitosa, aparece una nueva mutación y así sucesivamente, por lo que no se logra comercializar, pues siempre habría un nuevo virus circulando entre la población”, agrega Ávila.

Otro de los factores que limita el avance de las vacunas es la forma en la que se contagia el virus. Ya no solo basta la sangre, también es posible a través de la saliva, el semen o fluidos vaginales. Como si no bastara, se mantienen los medios como las agujas, objetos punzocortantes, entre otros.

Por esas razones, el usar drogas, no protegerse con el condón y tener parejas inestables son la combinación perfecta para que comience a girar la ruleta y se exponga a los virus que, una vez en su organismo, se multiplicarán con mucha rapidez.

¿Y el resto de enfermedades?

El SIDA es la que acapara la mayor cantidad de pruebas médicas para alcanzar su vacuna, debido a que infecta más agresivamente a la población, pero eso no significa que las demás sean inofensivas.

El herpes, la gonorrea y el sífilis son algunas de las ETS que también contagian a personas a nuestro alrededor, pero cuentan con medicamentos que permiten controlarlos o erradicar las infecciones, sin embargo se han convertido en una ruleta rusa para muchos.

“Pensamos que si ya nos dio una vez y nos pudimos curar o controlarlo podemos volver a tener relaciones sin protección, lo que no sabemos es que si la primera vez nos fue bien en la segunda podría ser que no y la infección podría ser cada vez peor o incluso llegar a contagiar otros virus, algunos mortales como el SIDA”, afirma Ávila.

“Al no haber vacunas, quienes se arriesgan a jugar en esta ruleta rusa deben saber que la bala tarde o temprano saldrá, y esa no perdona”, explica la exministra de salud.

¿Cómo funciona esta ruleta mortal?

Si usted tiene pareja pero le es infiel, sepa que esa persona con la que sostiene una aventura podría tener otros encuentros sexuales por su cuenta y el contagio podría llegar en cualquier momento, así que mejor no se arriesgue y no ponga en riesgo a otros.

En Costa Rica se estima que se atienden diariamente a 14 personas a las que se les diagnostica el SIDA, la mitad de ellos llega cuando la enfermedad está muy avanzada. Números similares aplican al resto de ETS.

De no haber un cambio en la actitud de los costarricenses, la ruleta del sexo seguirá girando, a algunos les tocará salir invictos mientras que otros serán baleados por una enfermedad para la cual no hay vacuna, y aunque los estudios avanzan, el virus lo hace quizás a un ritmo mayor.

 

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