¿No cenar adelgaza?

Eliminar la cena no es efectivo para adelgazar. Es preferible comer menos cantidad que dejar de cenar, pues con ello solo logramos bajar el nivel de azúcar en sangre y disminuir el metabolismo

¿No cenar adelgaza? Saltarse la cena suele ser la solución más rápida y efectiva para quienes desean bajar de peso o librarse de los kilos de más. La mayor parte de la gente que está a dieta trata de evitar ciertos alimentos o reemplazarlos por otros más saludables, pero a veces se olvidan aspectos tan importantes como la cantidad de comida que se consume y la hora a la que se cena. A veces el error no está en la elección de los alimentos ni en las proporciones, sino en la falta de planificación, lo que conduce a arrasar –literalmente– la nevera.

Cuando alguien que come equilibrado durante el día se pregunta qué más debe hacer para perder peso, la respuesta casi siempre se halla en el descontrol calórico de la cena. La clave para adelgazar podría estar en cenar ligero, seleccionando racionalmente los alimentos y controlando la ingesta de calorías. ¿La cena es la culpable de que engordemos sin comer mucho a lo largo del día? Durante esta comida se debe tener un poco más de precaución, ya que el gasto de energía es mínimo y habrá menos posibilidades de quemar lo que comamos.

Cena frugal, justa en calorías pero equilibrada

La cena es la última comida del día antes de irnos a la cama, por lo que debe ser más ligera que el almuerzo y el desayuno. Aunque no hay que descuidar ninguna de las piezas que componen el menú, si tomamos un desayuno o una comida abundante, iremos utilizando esa energía con la actividad diaria, y su exceso no se almacenará en forma de grasa como sucede cuando cenamos de manera copiosa y tarde. Por muy bien que desayunemos o comamos, cenando mucho y mal el esfuerzo anterior no servirá de nada.

La cena ideal incluye una ración vegetal (ensaladas, verduras rehogadas, a la plancha, al vapor, en crema…), proteínas ligeras (pescado blanco, jamón cocido, tortilla francesa, pechuga de pavo…) y una pequeña cantidad de carbohidratos complejos (pasta, arroz, pan…). También tiene cabida la fruta y los lácteos desnatados o bajos en grasa como postres. A la hora de la cena conviene evitar los alimentos precocinados, como lasañas, croquetas y empanadillas, embutidos grasos, bollería y salsas calóricas.

¿Es o no un acierto eliminar la cena para adelgazar?

Antes que suprimir la cena, es preferible reducir la cantidad de comida o comer menos para no pasar tantas horas con el estómago vacío. No cenar puede representar un obstáculo o un impedimento en la pérdida de peso, ya que baja el nivel de azúcar en sangre y disminuye el metabolismo. Saltarse la cena también puede producir ansiedad y empujarnos a comer de manera compulsiva en la siguiente comida.

Es importante cenar temprano, al menos dos horas antes de ir a dormir, y sin tener la sensación de estar llenos para así no almacenar grasa y que se vea afectada la calidad del sueño. Modificando un poco la cena hay personas que consiguen perder los kilos que les sobran y mantener su peso corporal.

Recuerda el conocido refrán que reza: “Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”.

Fuente: Muy en Forma

 

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