Sáquele partido a los alimentos con vitamina C

Las recomendaciones de vitamina C se estiman alrededor de 70-80 mg al día

Por El Salvador 

La vitamina C o ácido ascórbico es una vitamina soluble en agua que el cuerpo humano no puede sintetizar ni almacenar y, por esta razón, debemos obtenerla a través de los alimentos que ingerimos cada día.

Su hallazgo se asocia a la aparición del escorbuto, una enfermedad descubierta por el médico naval escocés James Lind, quien observó que la introducción de cítricos en la dieta de los marineros prevenía y curaba la enfermedad en sus largos viajes por el mar.

Anabel Aragón, responsable de Nutrición y Salud de Nestlé, afirma que “las recomendaciones de vitamina C se estiman alrededor de 70-80 mg al día para una persona adulta sana y con una sola naranja grande o un kiwi podemos alcanzar la cantidad diaria aconsejada”.

Tal y como señala la nutricionista, la vitamina C está implicada en muchas reacciones fisiológicas de nuestro organismo: síntesis de colágeno y de los glóbulos rojos de la sangre, contribuye al funcionamiento del sistema inmunitario, es un potente agente antioxidante y mejora la absorción del hierro en alimentos de origen vegetal.

Es esencial para producir parte de la sustancia que une las células, por eso cuando nos falta ácido ascórbico, los capilares sanguíneos son más frágiles y esto conduce a una cicatrización pobre o lenta en el proceso de curación de hemorragias, que es la sintomatología típica del escorbuto.

Según la experta, los kiwis contienen esta vitamina en mayor cantidad. También son muy ricas en esta vitamina las fresas, los tomates, las verduras de hoja verde, el brocoli y, en una gran cantidad, los pimientos.

Sin embargo, la vitamina C es una de las más sensibles, ya que el calor excesivo y la exposición al oxígeno pueden destruirla, por lo que debemos prestar atención a las condiciones de conservación y a la cocción prolongada de estos alimentos. 

Consejos

– Compra hortalizas y frutas frescas de calidad y con frecuencia, y consúmelas lo más pronto posible porque su valor nutricional y contenido en vitamina C será mayor.

– Almacena las frutas y verduras en un lugar fresco, seco y alejado de la luz.

– Limpia, corta, trocea y exprime las frutas y las verduras justo antes de cocinarlas o comerlas, evitando su preparación mucho tiempo antes.

– Cocina los vegetales con la cantidad justa de agua. Hierve primero el agua antes de introducir las verduras y cocínalas en el tiempo más breve posible. Siempre es preferible la cocción al vapor para preservar las vitaminas de las hortalizas.

– Aprovecha el líquido del hervido porque puede haber vitaminas y minerales que se han quedado en el agua de cocción. 

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