¿Cómo ha evolucionado el cronometraje Omega?
Igual que los atletas se han hecho más rápidos y más fuertes, OMEGA ha potenciado también sus propias fuerzas y recursos en el mundo del cronometraje de Juegos Olímpicos. Tres tecnologías en particular han experimentado una gran evolución que prueba lo lejos a que hemos llegado
Por Revista ES

Igual que los atletas se han hecho más rápidos y más fuertes, OMEGA ha potenciado también sus propias fuerzas y recursos en el mundo del cronometraje de Juegos Olímpicos. Tres tecnologías en particular han experimentado una gran evolución que prueba lo lejos a que hemos llegado.

Pistola de salida

Una de las imágenes más inolvidables de los Juegos Olímpicos es la de la pistola de salida, que recuerda los revólveres, tan populares en las películas del Oeste. El problema con el diseño original estaba en que el sonido se transmite con menor velocidad que la luz. Esto significa que el corredor más cercano a la pistola tenía una ligera ventaja, porque oía la señal una fracción de segundo antes que los demás. Y, por lo mismo, el corredor más alejado de la pistola tendría la mayor desventaja: un asunto grave cuando cada milisegundo cuenta.

Por eso OMEGA desarrolló la nueva pistola de inicio electrónica, que se presentó en los Juegos Olímpicos de Invierno Vancouver 2010. Este aerodinámico dispositivo en rojo brillante consta de una pistola de destello y una caja generadora de sonido. Está conectado a altavoces situados detrás de cada corredor, de modo que todos oigan la señal de salida a exactamente el mismo tiempo. Cuando el juez de salida aprieta el gatillo, ocurren tres cosas simultáneas: se emite un sonido, destella una luz de flash y el sistema de cronometraje recibe un impulso de inicio.

Este nuevo dispositivo ha sido también beneficioso para aeropuertos y estadios. Debido a las cada vez más rigurosas medidas de seguridad, la clásica pistola de salida causaba problemas cuando sonaba en las pantallas de TV. Esta nueva tecnología futurista no tiene ese riesgo.

CÁMARA PHOTOFINISH

En los Juegos Olímpicos de Londres, en 1948, las máquinas comenzaron a superar a los humanos en la precisión del cronometraje. A la cabeza de la carga revolucionaria iba la primera cámara photofinish, apodada «Magic Eye», el «Ojo Mágico». Este dispositivo producía una imagen continua y su velocidad de registro podía ajustarse a las necesidades de cada deporte.

Trabajó en tándem con el equipo OMEGA de cronometraje; cuatro años más tarde, la siguiente generación, la OMEGA Time Recorder, permitió a los cronometradores registrar tiempos de una centésima de segundo, lo que acabó con muchas decisiones polémicas.

Hoy, OMEGA ha potenciado las posibilidades de la cámara photofinish hasta unos nuevos niveles impresionantes. Este año, la Scan'O'Vision MYRIA debutará en los Juegos Olímpicos.

Se trata de la combinación de un detector de tiempos y un cronógrafo y es capaz de registrar hasta 10 000 imágenes digitales por segundo, mediante un dispositivo de alta tecnología para captación de imágenes. Una sensibilidad lumínica mejorada hace que la calidad de las tomas sea alrededor de cuatro veces mayor que la de las versiones anteriores de la cámara photofinish y, gracias a su tamaño compacto, se tarda menos en montarla y desmontarla.

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