Los ejercicios gravitatorios y los que involucran las pesas estimulan la formación de hueso y evitan enfermedades como la osteoporosis.
Dr. Ricardo Castro, ortopedista y especialista en medicina deportiva
El esqueleto constituye una sólida estructura que sostiene nuestro cuerpo. Da la impresión de ser un armazón constituido por material inerte, como la madera o el plástico fuerte. Sin embargo, se trata de un sistema vivo que está en un continuo proceso de remodelación.
Constantemente se está formando nuevo hueso y al mismo tiempo, removiéndose el viejo. En las partes del esqueleto sometidas a cargas compresivas, el hueso se engruesa y en otras partes que no necesitan ser reforzadas, el hueso se remueve. Cuando ocurre una fractura, este proceso de remodelación se activa y la lesión comienza a repararse.
El ejercicio es la mejor manera de estimular la formación de hueso. Para que sea efectivo debe ser gravitatorio, esto significa que las piernas estén soportando el peso del cuerpo. El efecto es mucho mayor si el ejercicio es de alto impacto, como correr o saltar, porque las cargas compresivas se incrementan (ver recuadro: El ejercicio ideal).
La recomendación del Colegio Americano de Medicina Deportiva es que los ejercicios deben ser practicados durante toda la vida y no esperar a que llegue la menopausia para iniciarlos. El ejercicio practicado en la niñez y durante la adolescencia fortalece enormemente el esqueleto. Las mujeres que realizan actividad física antes de la menopausia tienen menos posibilidad de sufrir osteoporosis y mucho menos riesgo de fracturarse después.
El calcio es indispensable
La densidad, dureza o resistencia del hueso depende de su contenido de calcio. Para que se produzca hueso se debe garantizar el calcio
en cantidad sufi ciente. Los estrógenos en la mujer y la testosterona en el hombre son las hormonas responsables de mantener la masa ósea al favorecer la absorción y la fijación del calcio en el hueso. Cuando se reduce la producción de estas hormonas, a los 45 años en la mujer y a los 65 años en el hombre, el esqueleto va perdiendo su densidad, se hace menos resistente y aumenta el riesgo de fracturas.
Una mujer sana sedentaria inicia una leve pérdida progresiva de su masa ósea mucho antes de la menopausia. Ya a partir de los 30
años de edad se comienza a registrar esta reducción de la densidad de los huesos. Después de la menopausia, alrededor de los 45
años, se dejan de producir los estrógenos y la pérdida de la masa ósea se acentúa en forma importante.
En los hombres, la baja en la producción de testosterona se presenta más tardíamente, por lo que la osteoporosis no constituye tanto
problema.
UN MAL MODERNO
En la década de 1950, la expectativa de vida era alrededor de los cincuenta años, debido a eso no se le daba tanta importancia a la
osteoporosis. No obstante, ahora es diferente. Una niñita que nace hoy en Costa Rica tiene una enorme probabilidad de vivir 80 años, lo que significa que va a pasar casi la mitad de su vida sin producir estrógenos; es decir, perderá la densidad de sus huesos y aumentará el riesgo de fracturarse.
La osteoporosis no duele. La persona afectada no se da cuenta de que tiene esta enfermedad hasta que sufre una fractura. Las más
frecuentes son las de muñeca, cuerpos vertebrales y cadera. Las fracturas de los cuerpos vertebrales son muy dolorosas e invalidantes. Las fracturas de cadera requieren siempre tratamiento quirúrgico, tienen una alta mortalidad y dejan limitaciones importantes.
Después de sufrir alguna de estas fracturas, la calidad de vida de la persona se deteriora mucho, sin hablar del costo económico que
significa para la familia.
PARA PREVENIR
Por mucho tiempo la prevención de la osteoporosis consistió en suplementar a la mujer con estrógenos después de la menopausia.
Esto se hacía con el doble propósito de prevenir la pérdida de la masa ósea y disminuir el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Desde hace unos años, se eliminó esta terapia al comprobarse que los estrógenos no eran tan efectivos para reducir el riesgo de morirse
del corazón y que más bien aumentaban la posibilidad de desarrollar cáncer de seno. En estos momentos, la prevención consiste
en suministrar el calcio necesario diariamente y hacer ejercicios gravitatorios y de pesas con regularidad. El requerimiento de calcio para mujeres posmenopáusicas es de 1,2 gramos al día. Un vaso de leche tiene 250 mg de calcio. Pocas mujeres se ingieren 1 litro de leche al día, así que todas deberían tomar un suplemento de calcio.
El calcio necesita para su aprovechamiento la vitamina D, la cual es producida por el cuerpo con la exposición a los rayos solares, pero
ya nadie toma baños de sol por el riesgo del cáncer de piel. Entonces, es necesario tomar calcio con vitamina D.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
El examen para detectar la osteoporosis se llama densitometría ósea y mide la densidad de los huesos con el uso de Rx y su resultado
alerta sobre el riesgo de fracturas. Si la persona es diagnosticada con osteoporosis, además de los ejercicios y el suplemento de calcio con vitamina D, debe recibir tratamiento con medicamentos.