Es innegable que durante los primeros días, los dolores post-entrenamiento nos hacen pensar dos veces si vamos a regresar al gimnasio al día siguiente, pero también lo es el hecho de que el primer día y los siguientes, una vez superados los dolores, son muchas las personas que por la emoción, la falta de información o simplemente para aumentar su ego, suelen pasarse horas y horas entrenando con el fin de “buscar mejores resultados”.
Y es que durante los años pasados, se creía de forma incorrecta que para ganar más masa muscular, era indispensable trabajar más y más a diario, incluso los atletas profesionales se tomaban la molestia de realizar sesiones de entrenamiento de 2 a 3 horas… ¡dos veces diariamente!. Obviamente esto, se lo permitían sólo quienes tenían la capacidad genética para lograr una recuperación adecuada en sólo horas, y tomando las precauciones necesarias para no llegar al sobreentrenamiento. Generalmente este tipo de hábitos solía verse en días o semanas previas a competiciones importantes.
Con el pasar del tiempo y tras múltiples estudios realizados, se pudo observar que losentrenamientos con fuerza durante excesivos períodos de tiempo, acarrean resultados perjudiciales en lugar de beneficiosos, a pesar de que a primera instancia pueda resultar lógico que a mayores levantamientos, mejores ganancias se obtendrán.
Dichas investigaciones demostraron que, tras superar los 45 minutos de entrenamiento, los niveles de testosterona comienzan a disiparse, al mismo tiempo que el cortisol en el cuerpo empieza a producirse más de prisa. Quizás estas palabras no signifiquen nada para muchos de los que están leyendo esto, así que vamos a explicarlo a continuación.
La testosterona es una hormona anabólica que tiene un papel muy importante en el crecimiento de los músculos. Esto quiere decir que mientras más testosterona abunde en el cuerpo, mayor será la masa muscular ganada con un buen entrenamiento y alimentación adecuada. Esta es la principal razón por la que los hombre tienden a desarrollar un mayor volumen en los músculos que las mujeres.
Caso contrario, el cortisol es una hormona catabólica que también es conocida como la hormona del estrés, y que juega un papel dominante en la descomposición de las proteínas que originalmente se destinan a los músculos.
Simplificando, se puede afirmar que un estado de anabolismo ayuda al cuerpo a producir más masa muscular, mientras que un estado de catabolismo propicia todo lo contrario.
Un entrenamiento de fuerza no debe exceder entre los 45 y 60 minutos. Este es el tiempo suficiente para poder trabajar los músculos deseados con la intensidad necesaria que propicia a una ganancia muscular adecuada sin exponer la salud.
Pasando entre los 45 y 60 minutos de entrenamiento, la producción excesiva de cortisol resultará perjudicial para el organismo, ya que se acelera la destrucción de la masa muscular al descomponer más fácilmente las proteínas que el cuerpo recibe..
Un entrenamiento que requiere de más de 60 minutos para llevarse a cabo en su totalidad, sólamente supone que hay algo mal en él, ya sea que se está empleando demasiado tiempo en los descansos entre series, o bien, porque incluye un catálogo de ejercicios muy elevado.
Recuerda que un entrenamiento ideal debe estar libre de todo tipo de distracciones como prestarle demasiada atención al televisor o la múscia, o bien, por hablar demasiado con otros miembros del gimnasio.
Fuente: Mi Piel Sana