Por: BBC Mundo
Suena el despertador y con el movimiento que te levantas de la cama comienza la maratónica cuenta de pasos que los dispositivos que siguen tu actividad física consideran debes de dar durante el día para estar en forma.
Al final del día, cuando se aproxima la hora de dormir, tu pulsera comienza a vibrar, la alarma a sonar y un estado de satisfacción invade tu cuerpo. Al fin de cuentas, se consiguió el objetivo de dar los pasos necesarios que Fitbit y otros dispositivos recomiendan para estar activos.
La pulsera se puede personalizar, pero la marca establecida por defecto de Fitbit, que además hace un seguimiento específico del estado de forma, el número de calorías quemadas o la distancia recorrida por las personas, es de 10.000.
«Es una extraña recompensa», reconoció Nath Buck, de 26 años, que viene utilizando este dispositivo desde hace más de un año.
«Lo compré por pura curiosidad para saber cuán activo era», pero ahora convenció a las personas con quienes vive y a tres colegas de adquirir artilugios similares para comparar quién puede caminar más pasos de manera más rápida.
El mágico número
El mercado de los dispositivos y aplicaciones para ejercicios se ha convertido en un gran negocio, con una producción que se espera aumente de 17,7 millones de unidades en 2014 a 40,7 millones este año.
Según la compañía de investigación IDC, se venderán en 2019 más de 100 millones de dispositivos que se podrán llevar en la muñeca.
Un tercio del mercado lo ocupan productos fabricados por Fitbit y otro tanto por Jawbone. Su marca por defecto también son 10.000 pasos, o lo que equivale a un estimado de ocho kilómetros al día.
La cifra se repite en otras aplicaciones, mientras que hay dispositivos que establecen una medida que equivale a ese número de pasos.
Pero ¿de dónde surgen los 10.000 pasos?
Se cree que el concepto se originó en Japón antes de los Juegos Olímpicos de 1964, según comentó Catrine Tudor-Locke, profesora asociada del Centro de investigación Biomédico Pennington de la Universidad Estatal de Luisiana.
Podómetros se convirtieron en la sensación de un país contagiado por la fiebre olímpica y una compañía lanzó un dispositivo llamado manpo-kei, que significa la medida de los 10.000 pasos.
«Fue un lema de negocios, como el ‘Simplemente hazlo’ de Nike, y que resonó entre la población», recordó Tudor-Locke.
Desde entonces esa marca se ha convertido en el objetivo estándar en el mundo de la actividad física alrededor del mundo.
El ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón, por ejemplo, recomienda «caminar diariamente entre 8.000 y 10.000 pasos». En Reino Unido, el Foro de Obesidad Nacional dice que una persona que camina entre 7.000 y 10.000 es «moderadamente activa».
No es tan simple
La experta en preparación física Laura Williams considera que el impacto que ha tenido la teoría de los 10.000 pasos se debe a que se trata de un número redondo, atractivo, similar a la teoría de Malcolm Gladwell de que con 10.000 horas de práctica te puede llegar a convertir en un experto en cualquier campo.
Williams añade que al referirse a actividades como caminar y pasos resulta más viable para muchas persona que consideran «que 150 minutos de ejercicio a la semana -recomendado por la Organización Mundial de la Salud- suena como mucho».
Pero la realidad tiene diferentes matices, como por ejemplo que no todos los pasos son iguales.
Dale Esliger, catedrático en la medición de actividades física de la Universidad de Loughborough, explicó que hay diferencias «si tienes piernas cortas o largas».
Para una mujer con piernas largas, 10.000 pasos no representa un trabajo tan exigente como sería para alguien pequeño, además que el modo de andar difiere entre la gente tanto como el color de los ojos o sus personalidades.
Además agrega la interrogante que una pulsera que mide la actividad de las piernas deja margen de error ya que de esos 10.000 pasos «tal vez se incluyan movimientos como agacharte para atarte los cordones de los zapatos», dijo Esliger.
«El mejor dispositivo para seguir los pasos debería ser uno que esté ubicado en el tobillo, para que registre un paso biomecánicamente».
Según el Servicio de Salud en Reino Unido, el NHS por sus siglas en inglés, una persona camina en promedio entre 3.000 y 4.000 pasos al día, menos de la mitad del objetivo establecido en los dispositivos.
«Si corres tres veces por semana por supuesto que no estarás más en forma si caminas los 10.000 pasos», aclaró Williams.
«En ese caso ya estás en forma y deberás esforzarte aún más para mejorar tu condición que alguien que tiene un estado físico bajo o es inactivo. Para ellos, caminar 5.000 o 10.000 pasos al días tendrá un beneficio evidente».
Objetivo viable
Williams considera que para alcanzar esa meta las personas deberán crear una estructura que impulse el caminar en su rutina diaria, que puede incluir dar una vuelta o alejarse del lugar de trabajo un kilómetro y medio a la hora de almuerzo.
También recomienda exigirse aumentando el ritmo y la intensidad de los pasos para aumentar los beneficios.
Tudor-Locke está de acuerdo que los 10.000 pasos es un objetivo «loable».
«Hazlo si lo quieres hacer. De hecho sube a 12.000 o 14.000 pasos. No hay un límite que sepamos será contraproducente a tu salud».
Pero advierte que no debería convertirse en una obsesión. «Más que un número, lo que es más importante es no ser sedentario».
Además que los beneficios ser irán reduciendo a medida que aparece el chocolate u otros alimentos que alteren una dieta balanceada.