Los diseños de iluminación pueden producir una sensación acogedora en un espacio o en su defecto sensaciones negativas.
Por Revista ES
Según la psicología del color, la luz entra al ojo y envía un mensaje al cerebro, creando la sensación tanto de color como del espacio; dependiendo de cómo se reciba esa percepción influirá en el estado de ánimo de la persona.
En los lugares donde queremos descansar, explicó Manuel Alvarado, asesor de Tecno Lite, es importante que el mensaje que llega al cerebro sea mucho más tenue, con una iluminación cálida (3000 kelvin) y menor intensidad. Por otro lado, en lugares de trabajo se ocupa una iluminación más blanca para que emita un mensaje activo al cerebro.
“Con una luz blanca (4100 k), el cerebro percibe que debe estar despierto y activo porque la luz es muy fuerte, por esto los restaurantes de comida rápida utilizan una luz más blanca, brillante y fuerte lo que provoca que las personas deseen comer rápido e irse; mientras que en restaurantes que buscan una estadía mayor de sus clientes utilizan iluminaciones más cálidas (3000 k)”, mencionó Alvarado.
Cuando se decora o se diseña un espacio, tiene que ir paralelo el diseño con la iluminación, aseguró Mariela Rodríguez, asesora de Tecno Lite.
“Si se quiere generar diferentes sensaciones se deben buscar distintos ambientes, se trata de aprovechar el espacio y evitar los principales errores que se dan por el exceso o carencia de iluminación”, detalló la asesora.
Los expertos de Tecno Lite recomiendan calcular la intensidad de luz según el espacio que se va a iluminar, asimismo la distribución de las iluminarias y fuentes de luz. La temperatura de luz recomendada para utilizar en habitaciones y la sala es de 3000 k, cocina 4100 k y una oficina 4000 k.