Federación Internacional de Diabetes estima que en el mundo 415 millones de personas tienen diabetes, y según la OMS una de cada 11 personas en el mundo tiene diabetes
Por Revista Es
La diabetes es una enfermedad silenciosa. Una persona puede tener diabetes sin darse cuenta y sin sentir las alertas. Por eso en el Día Mundial de la Diabetes el objetivo es tener los ojos bien abiertos y ganarle la batalla a esta enfermedad.
La Federación Internacional de Diabetes estima que en el mundo 415 millones de personas tienen diabetes, y según informes recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada 11 personas en el mundo tiene diabetes, número que se ha duplicado en los últimos 30 años.
El Presidente de la Asociación Colombiana de Endocrinología, Diabetes y Metabolismo, Dr. Pedro Nel Rueda, señaló que se unieron a la campaña de la Federación Internacional de Diabetes con el objetivo de crear conciencia y responder a la creciente preocupación por el aumento de los riesgos asociados a la diabetes, promover un diagnóstico temprano de esta enfermedad y proporcionar atención adecuada a las personas con diabetes.
La diabetes es una afección crónica que se desencadena cuando el organismo pierde su capacidad de producir suficiente insulina o de utilizarla con eficacia. La insulina es una hormona que se fabrica en el páncreas y que permite que la glucosa de los alimentos pase a las células del organismo, en donde se convierte en energía para que funcionen los músculos y los tejidos. Como resultado, una persona con diabetes no absorbe la glucosa adecuadamente, de modo que ésta queda circulando en la sangre (hiperglucemia) y dañando los tejidos con el paso del tiempo. Este deterioro causa complicaciones para la salud potencialmente letales.
El nivel de glucosa en la sangre de una persona normal varía entre los 82 mg/dl y los 110 mg/dl, sin embargo estos niveles están controlados por una variedad de estímulos y de mecanismos. Estos niveles varían después de ayunar durante mucho tiempo, o de una o dos horas después del consumo de comida, donde se pueden elevar hasta casi 140 mg/dl o un poco más.
Los 10 síntomas de la diabetes
1. Aumento de la frecuencia urinaria: el cuerpo de un diabético se vuelve menos eficiente en utilizar el azúcar, por lo que tiene más azúcar que se sienta en el torrente sanguíneo y por eso va más veces al baño.
2. Mucha sed: orinar mucho deshidrata, y si además de esto, consume bebidas como jugos, refrescos, o leche con chocolate, estas bebidas azucaradas aumentan la cantidad de azúcar en el torrente sanguíneo y se convierte en un círculo vicioso.
3. Pérdida inexplicable de peso: el paciente pierde peso por dos razones: una, por el agua que se pierde al orinar, y dos, pierde calorías por el azúcar que se elimina diluida allí.
4. Sensación de debilidad y hambre: como el cuerpo de un diabético no regula adecuadamente la glucosa, luego de consumir una comida que contenga carbohidratos, el nivel de glucosa cae rápidamente y se desea consumir azúcar.
5. Síntomas de mayor cansancio de lo habitual: es necesario prestarle atención a la fatiga continua. Podría significar que la comida que se consume no es usada por las células como se supone que debe.
6. Cambios en estado de ánimo: cuando el nivel de azúcar en la sangre está fuera de control el paciente no se siente bien y se genera bajo estado de ánimo y depresión.
7. Visión borrosa: en las primeras etapas de la diabetes, el ojo puede no enfocar bien, por cambios que pueden ocurrir en su interior, relacionados con un nivel elevado de azúcar.
8. Problemas con los cortes y rasguños: el sistema inmunológico y los procesos que ayudan al cuerpo a sanar, no funcionan bien.
9. Hormigueo en los pies: se puede presentar un daño nervioso leve, que puede causar entumecimiento en los pies.
10. Mayor propensión a infecciones urinarias: los altos niveles de azúcar en la orina y la vagina, pueden convertirse en un medio óptimo para las bacterias y levaduras que causan estas infecciones.
Consecuencias de la diabetes
La diabetes es una de las principales causas de enfermedades cardiovasculares, ceguera, fallo renal y amputación de las extremidades inferiores. Más de una tercera parte de las personas que actualmente viven con diabetes tipo 1 y 2 desarrollarán algún tipo de daño en sus ojos durante la vida. Estas complicaciones se pueden prevenir o retrasar manteniendo los niveles de glucosa en sangre, presión sanguínea y colesterol lo más cerca de lo normal como sea posible.
Al cabo de muchos años la diabetes puede producir problemas graves en los ojos, los riñones, los nervios, las arterias. Pero el problema más grave es la enfermedad del corazón. Una persona con diabetes tiene más del doble de probabilidades de sufrir una enfermedad del corazón o un derrame cerebral que una persona que no tiene diabetes.
Una de las enfermedades de los ojos que los pacientes con diabetes pueden desarrollar es el Edema Macular Diabético (EMD), una condición que se asocia estrechamente con la retinopatía diabética, y que ocasiona la inflamación de la retina, debido a los escapes de líquido de los vasos sanguíneos dentro de la mácula. Con el tiempo, esta condición puede conducir a la pérdida de la visión.
El EMD es causado por la inflamación en la parte posterior del ojo y se produce cuando se presenta una fuga de líquido en el centro de la retina parte posterior del ojo (llamada mácula), haciendo que se inflame. Esta inflamación nubla la vista y afecta su capacidad para leer y ver los detalles claramente. El EMD se produce en ambos ojos en más de la mitad de las personas con esta condición, aunque la visión no siempre se ve afectada en ambos ojos.
Hay una serie de factores, tanto dentro como fuera de su control que pueden poner en mayor riesgo de desarrollar EMD, o empeorar si ya lo tiene. Todos los pacientes con diabetes tipo 1 o tipo 2 están en riesgo de desarrollar EMD, y ese nivel de riesgo está relacionado con el tiempo que tiene con diabetes y qué tan bien su azúcar en la sangre se controla.
Los siguientes son factores de riesgo adicionales asociados con EMD: la retinopatía diabética; el mal control glicémico; la presión arterial alta; la duración de la diabetes.
Clases de diabetes
Hay tres tipos principales de diabetes:
La diabetes tipo 1, llamada antes diabetes juvenil o diabetes insulinodependiente. En general se diagnostica inicialmente en niños, adolescentes o jóvenes.
La diabetes tipo 2, llamada antes diabetes de comienzo en la edad adulta o diabetes no insulinodependiente, es la más frecuente. Puede aparecer a cualquier edad, incluso durante la niñez. Esta forma de diabetes comienza generalmente con la resistencia a la insulina, que es una afección que hace que las células de grasa, musculares y del hígado no utilicen la glucosa adecuadamente.
La tercera es la diabetes mellitus gestacional (DMG). Algunas mujeres presentan diabetes gestacional durante las últimas etapas del embarazo.