Esta situación se agrava entre quienes padecen ansiedad generalizada.
Por Revista ES
Aquellas personas que han sufrido traumas, estrés excesivo, ansiedad, depresión o trastornos psicóticos podrían ser más vulnerables a depender del alcohol. De acuerdo con la Guía Alcohol y Salud Mental de Educalcohol, entre el 15% a 20% de las personas con este tipo de padecimientos podrían llegar a abusar del alcohol.
De acuerdo con la Guía, esta situación se agrava entre quienes padecen ansiedad generalizada,
pues se estima que la mitad de esta población tiene problemas con el licor.
Los expertos en el tema mantienen líneas de investigación para conocer más detalladamente cuál es la relación entre el alcohol y la enfermedad mental. Lo que es una realidad es que cada individuo es único y es el resultado de una interacción entre factores genéticos, biológicos, su personalidad y el entorno social.
“Nuestras publicaciones establecen que la dependencia asociada al consumo nocivo del alcohol se origina en el mismo lugar del cerebro que las enfermedades mentales, y muestran una relación entre los trastornos mentales y dependencia al alcohol, basados en genética”, explicó Mónica Solórzano, Directora Ejecutiva de Educalcohol.
Las personas que reciben algún tratamiento mental podrían ser más sensibles al abuso del alcohol.
Por ello, el Psiquiatra José Luis Salas Jerez recomienda que “los pacientes que hayan sido
diagnosticados con alguna enfermedad psiquiátrica como la depresión, ansiedad o trastorno de
pánico, deben siempre consultar con su médico si pueden y deben consumir alcohol. Es el
profesional de la salud quien definirá si es viable un consumo moderado, considerando todas las
posibles interacciones que pudieran generarse entre el licor y los medicamentos, de forma que se
eviten complicaciones para el paciente”.
Se conoce que las personas con trastornos mentales pueden encontrar en el alcohol una sensación
de calma y bienestar que podría llevarlos a excederse en el consumo. Por esta razón, Educalcohol
Costa Rica, recomienda que antes de tomar la decisión de ingerir una bebida alcohólica siempre se
consulte con el médico y en caso de permitirse el consumo, este se mantenga en los rangos de la
moderación.
Aquellas personas que han sufrido traumas, estrés excesivo, ansiedad, depresión o trastornos psicóticos podrían ser más vulnerables a depender del alcohol. De acuerdo con la Guía Alcohol y Salud Mental de Educalcohol, entre el 15% a 20% de las personas con este tipo de padecimientos podrían llegar a abusar del alcohol.
De acuerdo con la Guía, esta situación se agrava entre quienes padecen ansiedad generalizada, pues se estima que la mitad de esta población tiene problemas con el licor.
Los expertos en el tema mantienen líneas de investigación para conocer más detalladamente cuál es la relación entre el alcohol y la enfermedad mental. Lo que es una realidad es que cada individuo es único y es el resultado de una interacción entre factores genéticos, biológicos, su personalidad y el entorno social.
“Nuestras publicaciones establecen que la dependencia asociada al consumo nocivo del alcohol se origina en el mismo lugar del cerebro que las enfermedades mentales, y muestran una relación entre los trastornos mentales y dependencia al alcohol, basados en genética”, explicó Mónica Solórzano, Directora Ejecutiva de Educalcohol.
Las personas que reciben algún tratamiento mental podrían ser más sensibles al abuso del alcohol.
Por ello, el Psiquiatra José Luis Salas Jerez recomienda que “los pacientes que hayan sido
diagnosticados con alguna enfermedad psiquiátrica como la depresión, ansiedad o trastorno de
pánico, deben siempre consultar con su médico si pueden y deben consumir alcohol. Es el
profesional de la salud quien definirá si es viable un consumo moderado, considerando todas las
posibles interacciones que pudieran generarse entre el licor y los medicamentos, de forma que se
eviten complicaciones para el paciente”.
Se conoce que las personas con trastornos mentales pueden encontrar en el alcohol una sensación
de calma y bienestar que podría llevarlos a excederse en el consumo. Por esta razón, Educalcohol
Costa Rica, recomienda que antes de tomar la decisión de ingerir una bebida alcohólica siempre se
consulte con el médico y en caso de permitirse el consumo, este se mantenga en los rangos de la
moderación.
¿Qué debo hacer si tomo medicamentos?
- Si uno toma un par de bebidas en el lapso de 6 o 7 horas, se podría generar un incremento de los niveles en sangre de algunos medicamentos, aumentando la posibilidad que aparezcan efectossecundarios.
- En ocasiones especiales, con previa autorización del médico tratante, si el paciente desea tomarse un trago, se puede suspender una toma del medicamento y una vez que el cuerpo metabolice el alcohol, el medicamento se puede restaurar sin problemas.
- Tanto el alcohol como algunos medicamentos comparten el mismo efecto en nuestro
cerebro: ambos disminuyen la actividad de nuestro sistema nervioso, afectando nuestra toma
de decisiones y nuestro estado de alerta.
La combinación puede causarnos somnolencia y disminución de la coordinación y el tiempo de reacción.
Si tiene que beber, espera al menos seis horas antes de tomar pastillas para dormir.
Fuente: Dr. José Luis Salas Jerez, Psiquiatra.