Mayor parte de la población aumenta de peso entre enero y marzo.
Por Revista ES
Ese tamal que consume cada fin y principio de año, ese espeso ponche, ese queque navideño y esos tragos podrían acompañarlo el resto de su vida y causarle en cualquier momento complicaciones de salud.
Así lo advirtió la codirectora del Centro de Enfermedades del Hígado (CEH), la doctora María Amalia Matamoros, pues los excesos tienden a generar un efecto acumulativo.
“Diciembre y enero son meses de celebraciones y la gente socializa mediante la comida. Las personas celebran la Navidad y el Año Nuevo en sus trabajos y en sus hogares, pero aparte hay graduaciones, bodas y compromisos, por lo que se presenta el consumo de una serie de alimentos que no forman parte de la dieta diaria”, dijo la cirujana.
De ahí que entre enero y marzo la mayor parte de la población presenta un aumento de peso que se arrastra año con año. “Las personas no se dan cuenta de en qué momento engordan. El fin de año es el momento propicio para eso, y si esa conducta se repite año tras año, el resultado es obvio. Diciembre es un mes en el que las rutinas se trastornan. En el caso de las personas que hacen ejercicios, muchos abandonan esa práctica al regresar a sus trabajos en enero porque tienen que ponerse al día. Ordenarse en enero es más difícil.
“Por otro lado están las personas que tiene condiciones de salud especiales y se descompensan. En esa época ocurre una transformación física y el daño al hígado es acumulativo. Los excesos aceleran el proceso de las enfermedades hepáticas con el agravante de que cuando el hígado se manifiesta es porque ya presenta algún daño”, enfatizó la doctora.
De acuerdo con las autoridades de Salud, cuatro de cada 10 ticos tendrían hígado graso. Los médicos recomiendan someter ese órgano a revisión al menos una vez al año para prevenir enfermedades sin importar la contextura, pues incluso personas delgadas pueden padecer enfermedades hepáticas.
Algunos tipos de té, entre ellos el verde, uña de gato, cúrcuma y boldo, pueden ayudar a ese órgano. Para darle un descanso tras los excesos de fin y principio de año, la doctora recomendó simplificar la dieta y consumir alimentos bajos en grasa y en carbohidratos.
“Muchas personas abusan en diciembre con la promesa de portarse bien el resto del año. Eso es una trampa; es como un atenuante mental para librarse de la culpa”, argumentó la doctora Matamoros.