Caminar descalzo por la tierra al menos treinta minutos diarios puede contrarrestar los efectos nocivos de la alta exposición a celulares y aparatos eléctricos. Conozca la técnica del Earthing.
Por Karol Pérez
¿Cuándo fue la última vez que sintió la tierra bajo sus pies descalzos? Tal vez ni la recuerde. ¿Pero cuándo fue la última vez que estuvo cerca de un celular? Tal vez sea hace unos minutos o quizás tenga uno en su mano en este mismo instante. Las respuestas a esas dos sencillas preguntas podrían explicar el origen de muchas enfermedades, como el insomnio, la depresión, la osteoporosis o hasta el cáncer.
La ciencia ha logrado comprobar que la contaminación electromagnética producida por las ondas que emiten los aparatos eléctricos y los celulares reduce e interrumpe la producción de melatonina, un antioxidante y anticancerígeno que limpia el cuerpo y fortalece el sistema inmunológico.
Además, la alta exposición a esas ondas emitidas por los microondas, torres repetidoras de señal, teléfonos inalámbricos, radios, celulares y Wi-Fi, entre otros, hace que se disminuya la carga natural de electrones en nuestro cuerpo, los cuales son vitales para neutralizar unas moléculas dañinas llamadas radicales libres, que causan degeneración en nuestras células y deficiencias genéticas. Es decir, nuestros celulares y aparatos eléctricos nos podrían estar enfermando poco a poco, nos roban electrones y nos incapacitan para producir antioxidantes. ¿Pero entonces qué hacer para librarnos de esos efectos de la contaminación electromagnética? La respuesta es una: quítese los zapatos y tenga contacto con la tierra.
El investigador norteamericano y experto en bioenergética James Oschman descubrió en 1967 que las cargas y frecuencias eléctricas en la superficie de la tierra son idénticas a las de nuestras ondas cerebrales. De esta manera, al tener contacto directo con la superficie terrestre el cuerpo humano es capaz de recargarse de electrones y favorecer la producción de melatonina.
Donald Vega, doctor en nutrición y asesor holístico en estilo de vida, explica que bajo esa premisa nació la técnica vanguardista conocida como Earthing o Grounding, que consiste en caminar descalzo por la tierra, zacate o arena durante al menos treinta minutos diarios para mantenerse sano y contrarrestar esos efectos nocivos de la alta exposición electromagnética.
¿Cómo funciona?
Usted es un ser eléctrico, su cuerpo produce cargas positivas constantemente, mientras que la tierra tiene un flujo constante de cargas negativas que recibe del sol y el circuito eléctrico atmosférico. De esta manera, si usted se pone en contacto directo con la tierra, su cuerpo recibe cargas negativas y electrones a través de su piel. Es como si se conectara a un enchufe.
Esa conexión no es solo natural, sino necesaria. Durante años los seres humanos vivimos en conexión constante con la tierra. Caminábamos descalzos y dormíamos en el suelo; esto favorecía el equilibrio de electrones en nuestro cuerpo. Pero con la llegada de los zapatos y más recientemente los aparatos eléctricos, nos desconectamos de esa carga natural.
Por eso la exposición a la tierra se ha hecho indispensable. Según Vega, con nuestros cuerpos perdiendo electrones y con baja producción de melatonina por causa de la contaminación electromagnética, aumenta la degeneración de nuestros huesos y se acelera la osteoporosis, somos más propensos a sufrir enfermedades degenerativas y tenemos más riesgo de desarrollar cáncer.
Beneficios
Una reciente investigación del Journal of Environmental and Public Health encontró que la carga de electrones que el cuerpo recibe al ponerse en contacto con la superficie de la tierra “es una efectiva estrategia contra el estrés crónico, la disfunción del sistema nervioso, inflamación, dolor, insomnio, trastornos del ritmo cardíaco, várices, síndrome premenstrual, asma, osteoporosis y artritis”.
La investigación además descubrió que si se colocan los pies sobre el suelo después de una lesión, los electrones de la tierra se extenderán por todo el cuerpo y neutralizarán eléctricamente los radicales libres que se han filtrado en el tejido sano. Así que guarde los zapatos, apague el Wi-Fi y conéctese con la tierra.