¿Cómo evitar las preocupaciones para que no afecten su salud mental?

Preocuparse es un proceso que genera ansiedad y conduce a la depresión y, en los casos más extremos, al suicidio

Por BBC Mundo 

Es normal que las preocupaciones sean parte de nuestra rutina. Lo que no es normal es que nos preocupemos por el pasado y por el futuro, por la salud, por el trabajo, por la familia, por cosas que nos afectan a nosotros mismos e inclusive a los demás.

Todas esas preocupaciones, que invaden nuestra cabeza a veces desde el minuto en que nos levantamos, perjudican enormemente nuestro descanso y nuestra salud mental.

Ad Kerkhof es un psicólogo clínico de la Universidad Vrije de Ámsterdam, en Holanda, que lleva más de 30 años investigando este fenómeno. «La gente normalmente se preocupa por el futuro y cree que al hacerlo logrará hallar soluciones».

De acuerdo con Kerkhof, preocuparse es un proceso que genera ansiedad y conduce a la depresión y, en los casos más extremos (que él mismo analizó), al suicidio. «Es normal preocuparse, pero si todos los días tienes los mismos pensamientos y ya no puedes controlarlos, entonces te estás preocupando demasiado», dijo Kerkhof.

Según el especialista, hay unas sencillas técnicas que puede poner en práctica para dejar de preocuparse o no, por lo menos, aprender a manejar mejor esa ansiedad.

Le contamos en qué consisten:

  1. Establezca un tiempo de preocupación: Según Kerkhof, lo que la mayoría de la gente hace para dejar de precouparse es repetirse, una y otra vez, que tienen que dejar de hacerlo. Pero ese método no funciona y produce el mismo efecto que cuando nos repetimos «no pienses en un elefante rosa»: nuestro cerebro elimina la palabra «no» de ese mensaje.

    El método que propone el psicólogo está basado en terapias cognitivo-conductuales (TCC), que exploran vínculos entre pensamientos y emociones para provocar cambios psicológicos. La primera de ellas consiste en establecer un tiempo determinado a lo largo del día para manejar esas preocupaciones, en dos períodos de 15 minutos, uno por la mañana y otro por la tarde. «Debes dedicar ese tiempo únicamente a preocuparte. De esa manera estableces una misión y después puedes desconectar hasta el próximo tiempo de preocupación», dice el psicólogo.

    Así, siempre que una preocupación invada tu cabeza a lo largo, debes repetirte a ti mismo: «Ahora no. No es el momento de preocuparse».

  2. No lo haga en lugares de descanso: No se preocupa en la cama o su sillón favorito. Debe manejar sus preocupaciones como un trabajo y no como parte de su ocio o descanso.  Según Kerkhof, puede ser de ayuda imaginar esas preocupaciones como si se trataran de «nubes que planean sobre tu cabeza y que tu dejas que planeen sobre ti solo durante el tiempo de preocupación, alejándolas después».

    Y siempre en lugares que no asocies con tu tiempo de relajación.

  3. Utilice recuerdos positivos: Muchas de las preocupaciones vienen a nuestra mente por la noche y no nos dejan dormir. Si ese es su caso, Kerkhof aconseja «tomar un pequeño descanso del tiempo de no preocupación durante unos minutos». Tras dedicar 5 minutos a manejar tus preocupaciones nocturnas, debe programar otros 10 minutos, inmediatamente después, para pensar en un recuerdo positivo.

    Piensa en un momento en que te sentías feliz, orgulloso o relajado, y maneja este pensamiento de la misma forma en la que lo haces con tus preocupaciones. «Trata de repetirlo 30 veces en tu cabeza, de manera que siga preocupado, pero esta vez sobre algo positivo», dice Kerkhof.

  4. Busque distracciones: Cuando se preocupe fuera de su «tiempo de preocupación», debe buscar distracciones que permitan entretener su mente y alejarse de esa ansiedad.Por ejemplo, puede leer un buen libro, llamar a un amigo o simplemente escuchar su canción favorita. Pero esta técnica no consiste en ignorar tus problemas, sino en afrontarlos en el momento y tiempo adecuados.La mayoría de nosotros pensamos más en lo negativo que en lo positivo que tenemos a nuestro alrededor y debemos darles a nuestras preocupaciones la atención que merecen.
  5. Tómese su tiempo: Aunque aplique todas esas técnicas, debe tener en cuenta que los efectos no son inmediatos. Kerkhof puso en práctica la técnica con 200 personas que se preocupaban demasiado y lograron, de promedio, reducir sus preocupaciones en un 50%. «Preocuparse es como una adicción y si quiere acabar con ella necesita tiempo para enseñarse, poco a poco, cómo dejar de hacerlo», advierte Kerkhof.

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