La creciente tendencia de la resistencia a los antibióticos, muchos especialistas encuentran necesario buscar opciones alternativas para combatir los patógenos peligrosos
Por BBC Mundo
El té, la cerveza, la miel y las esponjas marinas tienen mucho más en común de lo que podría parecer. Todos ellos son productos naturales que, según científicos de la Universidad de Cardiff, en Reino Unido, tienen capacidades para atacar a las bacterias que nos causan infecciones. Pero debido a la creciente tendencia de la resistencia a los antibióticos, muchos especialistas encuentran necesario buscar opciones alternativas para combatir los patógenos peligrosos.
«Gran parte de lo que hacemos se basa en la ciencia y en nueva tecnología, pero hay mucho que aprender de la historia», explica el profesor Les Baillie, de la Facultad de Farmacia y Ciencias Farmacéuticas de la Universidad de Cardiff.
¿Cómo pueden los remedios naturales ayudarnos a combatir las infecciones y cuál es su uso hoy en día?
1. La miel, antibiótico natural
Pocos remedios naturales tienen un uso tradicional tan longevo como la miel.
«La miel se utilizó durante miles de años para tratar heridas y, de hecho, todavía se usa en hospitales para tratar a pacientes con infecciones que no responden a los antibióticos», explicó Les Baillie.
2. El lúpulo de la cerveza
El ese espíritu investigador llevó al científico James Blaxland a visitar cervecerías locales en busca de agentes antibacterianos. Blaxland investiga cómo el lúpulo, uno de los ingredientes principales de la cerveza, puede utilizarse para combatir patógenos. A principios del siglo XVIII esos lúpulos que se agregaban a la cerveza evitaban que esta se estropeara, por eso la gente comenzó a plantearse que tal vez podría tener efectos antibacterianos», agregó el científico.
Blaxland está buscando componentes derivados que puedan ser efectivos en la lucha contra infecciones virulentas, como el estafilococo resistente a la meticilina (SARM), o soluciones al «gran problema» de la tuberculosis bovina.
3. Un té que mata bacterias
Pero hay otra bebida, igualmente popular en las islas británicas, con propiedades antimicrobianas: el té.
«Podría sorprender la cantidad de gente que sabe que el té contiene unos compuestos llamados polifenoles que matan bacterias», explicó Les Baillie.
En colaboración con la Universidad de Aberystwyth, los investigadores de Cardiff trabajaron en el desarrollo de un té para tratar la Clostridium Difficile (o C. Difficile), un tipo de bacteria que vive en los intestinos de muchas personas y que, si crece de forma descontrolada, puede provocar infecciones. De acuerdo con Les Baillie, esta bacteria es susceptible a ciertos polifenoles que se encuentran en el té.
«Teniendo en cuenta que se trata de una enfermedad intestinal y que bebemos té, que va hacia nuestros intestinos, nos llamó la atención la idea de poder hacer un ‘súper té’ que sea lo suficientemente alto en polifenoles como para matar la C. Difficile«, dijo el científico.
4. Esponjas marinas
Pero los científicos no tuvieron que irse tan lejos para hallar otra posible fuente antimicrobiana; las esponjas marinas de la costa galesa de Swansea, también pueden combatir las bacterias. Las esponjas marinas ya se utilizaron como «productos farmacéuticos» hace algunos años. En la década de 1950, una especie del Caribe proporcionó la base para el medicamento contra el cáncer Cytarabine.
«Estos organismos en zonas templadas se han adaptado a condiciones más difíciles. Eso significa que algunas moléculas pueden obtener cierta ventaja competitiva», dijo Alex White, de la Universidad de Cardiff.