Ser celíaco no debe afectar el rendimiento deportivo, ya que se tiene un abanico de alimentos para mantener una dieta sana y libre de gluten.
Por Carolyn Hernández
Es común que las personas celíacas y deportistas se pregunten cómo llevar a cabo una dieta libre de gluten sin afectar su rendimiento. La buena noticia es que hay muchísimos alimentos que se pueden seguir disfrutando para mantener una dieta saludable. “Primero que todo, las frutas y los vegetales, que son la base de cualquier alimentación balanceada, no contienen gluten. Los deportistas celíacos pueden incorporar estos alimentos en la dieta diaria sin ningún problema”, señala la nutricionista Ana Elena Vargas.
Entre estos vegetales se incluyen los que son harinosos y se acostumbran consumir en dietas tradicionales, tales como papa, yuca, camote, ayote, tiquizque, ñampí, guineos, plátanos, elote y maíz dulce, entre otros. Al ser verduras, por sí solas no aportan gluten en ningún sentido.
Todos estas opciones (ver recuadro) son ideales para mantener e incluso mejorar el rendimiento deportivo. En nuestros países se pueden conseguir todo el año y la ventaja es que se trata de alimentos reales que el cuerpo puede utilizar como fuente de energía y al mismo tiempo, digerirlos fácilmente.
Los productos procesados libres de gluten como por ejemplo las galletas, queques, panes y sorbetos no son indispensables. Además de tener un costo más alto para el consumidor, la mayoría son altos en calorías, azúcares y grasas.
Como se puede ver, ser celíaco no tiene por qué afectar el rendimiento deportivo. En la alimentación diaria, siempre se podrá incluir todos los grupos de alimentos para mantener un cuerpo saludable.
¿Qué comer?
Vegetales harinosos: Papa, yuca, camote, ayote, tiquizque, ñampí, guineos, plátanos, elote y maíz dulce.
Carbohidratos: Arroz, quinoa, amaranto, maíz, avena y pasta libre de gluten.
Leguminosas: Frijoles de todo tipo, garbanzos, lentejas y gallo pinto.
Proteínas de origen animal: Carnes rojas sin procesar, pollo y pavo sin procesar, pescado, mariscos, huevo, leche y sus derivados.
Grasas: Aceite de oliva, de coco, mantequilla, aguacate, así como nueces, semillas, maní y almendras.
Fuente: Ana Elena Vargas, nutricionista de la Clínica de Nutrición von Saalfeld