La ira es una de las emociones básicas que todos podríamos experimentar naturalmente, pero cuando se vuelve incontrolable y se convierte en un patrón de comportamiento destructivo.
Por Revista ES
La ira puede ser desencadenada por una variedad de factores, incluyendo situaciones estresantes, amenazas e injusticias percibidas, frustración, miedo, dolor físico y sentimientos de impotencia o pérdida de control. También puede ser un síntoma de problemas subyacentes, como la depresión, la ansiedad, el trastorno de estrés postraumático o experiencias de la vida, como el abuso, la negligencia, el acoso o la discriminación.
Es importante tener en cuenta que la ira es una emoción natural que incluso le permite al ser humano sobrevivir y todos la experimentamos en algún momento, comentó Álvaro Solano, director de la Escuela de Psicología de la Universidad Fidélitas.
Según la American Psychological Association, el 23% de los adultos reporta sentirse muy enfadado con frecuencia, y el 18% reconoce haber actuado de manera violenta debido a la ira. Las personas que padecen problemas de ira no son propensas a buscar ayuda en los servicios de salud mental ni a permanecer bajo tratamiento.
Efectos
Es importante tener claro que cuando es desmedida y muy frecuente puede tener efectos negativos en la salud física (como dolores de cabeza, dolor de espalda, problemas digestivos, presión arterial alta y problemas cardíacos). En términos de salud mental y emocional una persona puede sufrir ansiedad, depresión, estrés y otros problemas psicológicos.
A nivel de relaciones interpersonales, la ira puede generar violencia verbal o física, la destrucción de la confianza, generar resentimiento y enojo en la otra persona.
Si bien es cierto, no existe una respuesta clara sobre cuál género tiene más problemas con el control de la ira, algunos estudios sugieren que los hombres pueden tener una mayor tendencia a expresar su ira de manera física, mientras que las mujeres pueden tener una mayor tendencia a expresarla de manera verbal o emocional.
Alertas sobre la falta de control de la ira:
– Tener pensamientos o sentimientos violentos ante el enojo.
– Experimentar reacciones exageradas ante situaciones cotidianas que no deberían desencadenar tanto coraje.
– Tener un comportamiento impulsivo o agresivo que lo expresa rompiendo cosas, gritándole o golpeando a la gente.
– Experimentar irritabilidad, pensamientos recurrentes, hormigueo, temblores, palpitaciones y opresión en el pecho.
Consejos para controlar la ira:
– Identifique las situaciones que le hacen sentir enojado y trate de evitarlas.
– Aprenda a respirar profundamente y relajarse cuando sienta que te está enojando.
– Busque una salida positiva para su ira: haga actividad física o hable con un amigo o familiar de confianza.
– Practique la empatía y trate de ponerse en el lugar de la otra persona.
La atención profesional es esencial para las personas que tienen problemas de ira. Un psicólogo o un terapeuta puede ayudar a identificar las causas subyacentes de la ira y enseñarle técnicas efectivas para controlarla. También se puede enseñar a la persona a desarrollar habilidades de comunicación y resolver problemas, lo que puede mejorar sus relaciones y reducir la probabilidad de estallidos de ira, comentó Álvaro Solano.
Consejos para familiares de una persona con poco control de la ira:
– Escuche con atención a su ser querido y demuéstrele que lo entiende.
– Aconséjele a su ser querido a buscar ayuda profesional.
– Evite confrontaciones y discusiones innecesarias.
– Ayúdele a encontrar formas positivas de manejar su ira.
Consejos a los padres para ayudar a los niños que sufren bullying o acoso para canalizar la ira:
– Escuche atentamente lo que su hijo o hija tiene que decir y evite minimizar sus sentimientos o culparle por lo que está sucediendo, por el contrario, valide sus sentimientos.
– Ayúdele a identificar sus emociones y a encontrar maneras saludables de expresarlas. Puede enseñarle técnicas de respiración, meditación o ejercicios físicos para que aprenda a controlar su ira.
– Asegúrese de que sepa que es amado y valorado por quienes lo rodean. Elogie sus habilidades y logros, y ayúdele a encontrar actividades que lo hagan sentir bien consigo mismo.
– Enséñele a pensar antes de actuar y a considerar las consecuencias de sus acciones. Más bien ayúdele a encontrar formas saludables de expresar su enojo.
– Si su hijo está experimentando problemas de ira debido al bullying o acoso, es posible que necesite ayuda profesional. Busque un terapeuta o consejero que pueda ayudarle a procesar sus emociones y a encontrar formas efectivas de manejar el acoso escolar.