Revista Ejercicio & Salud, es una publicación de Summa Media Group
¿Con qué frecuencia conviene pesarse?

Pesarse a diario no es nada recomendable. Lo ideal es saldar las cuentas con la báscula una vez por semana o cada quince días, en el mismo horario, con la misma cantidad de ropa y la vejiga vacía

Tanto si sigues una dieta de adelgazamiento como si quieres mantenerte en forma, es importante llevar un control sobre el peso. También es cierto que de querer cuidarse a caer en una profunda obsesión con la báscula hay sólo un paso. Muchas personas se pesan a diario, incluso varias veces, tras cada bocado, para comprobar si su plan de adelgazamiento es efectivo y si han perdido algo de peso a lo largo del día.

No es la primera vez que oigo eso de “ayer me pesé después de andar durante una hora y había perdido más de un kilo”. Siento desilusionaros, pero el peso no es algo estable. Nuestro cuerpo sufre fluctuaciones de peso por la comida que ingerimos, la sudoración, la retención de líquidos, etc.

¿Con qué frecuencia conviene pesarse? Cuando nos marcamos como objetivo perder los kilos de más, no es recomendable pesarse a diario. Con ello sólo conseguimos frustrarnos y sentir ansiedad, situación que perjudica la evolución de la dieta o que desemboca en abandonarla de forma definitiva y perder hasta la mínima esperanza de cruzar la meta. Para llevar un control eficaz, lo ideal es pesarnos una vez a la semana o cada 15 días, teniendo en cuenta las siguientes consideraciones.

Hemos de saldar nuestras cuentas con la báscula siempre en el mismo horario, preferiblemente por la mañana justo después de levantarnos y con la vejiga vacía. Los expertos aconsejan pesarse con la misma cantidad de ropa, la mínima posible o sin ella. Eso sí, has de mostrarle un poco de fidelidad a tu inseparable compañera de fatigas. Utiliza siempre la misma báscula y procura no ir saltando de farmacia en farmacia para quedarte con la que marca menos.

Si te lo propones, ten por seguro que conseguirás adelgazar. No es cuestión de volvernos esclavos de la báscula, ni estar constantemente haciendo cálculos. Sólo es necesario combinar una actitud positiva con una buena dosis de paciencia, sin descuidar la alimentación y el ejercicio aeróbico. El tiempo se encargará de poner los dígitos en su lugar. Confía en que estás haciendo las cosas bien para motivarte y galarle el pulso a la báscula de una vez por todas.

Fuente: Muy en Forma

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