Envejecer no es pecado, pero lucir arrugados antes de tiempo tampoco es el ideal de ninguna persona. Aquí te decimos qué hábitos del día a día le pasan factura a tu piel y la manera en que puedes solucionarlo.
Por El Salvador
La piel es el órgano más grande del cuerpo y por lo mismo en ella son más visibles los signos del envejecimiento. Y si bien este proceso es una parte natural e inevitable de la vida, existen hábitos cotidianos no saludables que aceleran su aparecimiento.
Por ejemplo, el cigarrillo, los hábitos de limpieza, el uso de jabones fuertes y una mala alimentación, entre otros factores, contribuyen a que la piel luzca avejentada y marchita de forma temprana.
Sin embargo, no todo está perdido. Aún estás a tiempo de detectar lo que estás haciendo mal y controlar la situación, antes de que sea demasiado tarde.
Los siguientes son algunos hábitos diarios que pueden contribuir al envejecimiento de tu piel.
1. No usas protector solar
El principal factor que provoca envejecimiento es la exposición a la luz solar, ya que sus rayos ultravioleta A y B dañan la piel en un proceso que se conoce como fotoenvejecimento.
De acuerdo con el sitio curejoy.com, la luz solar afecta la piel en varios niveles, dañando tanto el colágeno como la elastina, las dos proteínas principales que son responsables de mantener la estructura, la fuerza y la elasticidad de la piel.
¿Cómo protegerte? Usa un protector solar con un factor de 15 o más. De la misma manera evita el sol en las horas en que es más intenso y si se hace necesario salir usa ropa que cubra y proteja tu piel.
Un dato importante es que las medidas de protección deben aplicarse en todas las edades, debido a que el daño del sol en la piel es acumulativo. De hecho, la Sociedad América contra el Cáncer explica que las quemaduras frecuentes en la niñez pueden aumentar el riesgo de algunos tipos de cáncer de piel muchos años o incluso décadas después.
2. Fumas en exceso
Según publica efesalud.com, fumar reduce la elasticidad natural de la piel, pues causa la rotura del colágeno y hace disminuir su producción.
A medida que nos hacemos mayores, el colágeno se degrada de manera natural dando paso al aparecimiento de arrugas; sin embargo, en los fumadores este proceso se observa mucho antes.
“El consumo de tabaco produce alteraciones en la piel tales como arrugas prematuras, deshidratación, manchas amarillentas en los dedos, olor corporal a tabaco, dificultad de cicatrización, alteraciones en la estética bucal y cáncer”, explica el dermatólogo argentino Roberto Glorio.
En lo relativo a las arrugas, el especialista explica que el tabaco hace que disminuyan los niveles de vitamina A, lo que produce cambios en la cantidad y calidad de colágeno y elastina.
“Se observa que las arrugas de los fumadores son más estrechas, profundas y con contornos bien marcados”, describe Glorio.
Por otro lado, fumar también origina alteraciones en la cicatrización, dado que el humo del tabaco disminuye la oxigenación de los tejidos.
¿Qué hacer? ¡No fumes más! “Dejar de fumar ralentiza el envejecimiento facial y retrasa la aparición de arrugas”, señalan los especialistas del Sistema Nacional de Salud del Reino Unido (NHS). Esto es imperante no solo para mejorar el aspecto de tu piel, sino también para evitar problemas pulmonares y el riesgo de cáncer.
Si bien no es una adicción que resulte fácil superar, en el existen programas que promueven el abandono de la nicotina, los cuales ofrecen apoyo médico y psicológico.
3. No bebes suficiente agua
Con las carreras del día a día, muchos olvidamos beber suficientes líquidos, lo cual es perjudicial para el organismo en general y de manera más visible para la piel.
De acuerdo con curejoy.com, uno de los efectos del envejecimiento es que esta se vuelve seca y con tendencia a tener más arrugas y surcos profundos.
De ahí que al beber suficientes líquidos, te aseguras de que la piel se mantenga hidratada y flexible.
¿Qué hacer? Para mantener la hidratación y que el organismo cumpla sus funciones de forma adecuada, se necesitan alrededor de 2,1 litros de líquidos al día si eres mujer y alrededor de 2,6 litros si eres hombre. Sin embargo, podrías necesitar más líquidos cuando hace mucho calor o si estás bastante activo físicamente.
Estos líquidos no necesitan ser exclusivamente agua pura, puedes optar por añadir trozos de limón, pepino o frutas para darle un toque de sabor. Eso sí, olvídate de agregar azúcar.
4. Comes azúcar en exceso
Si eres amante de lo dulce, te interesará saber que los excesos de azúcar perjudican el organismo y la salud de tu piel.
El portal dermatologyvisualblog.com indica que los llamados picos de azúcar en sangre, que se dan luego de haber comido un alto porcentaje de carbohidratos, provocan inflamación en el cuerpo. Esta afecta a todos los órganos, incluida la piel, que también puede presentar enrojecimiento.
El mismo portal explica que los niveles altos de glucosa pueden secar la piel, haciéndola propensa a arrugarse. “Es por esto que los diabéticos sufren a menudo la tez apagada y con tendencia a la sequedad. Incluso, algunos estudios muestran que los niveles de azúcar en sangre reducen los antioxidantes protectores de la piel haciendo que esta se vuelva más susceptibles al daño solar”, aclaran.
¿Cómo cuidarte? Para satisfacer el deseo de algo dulce, prueba con alguna fruta en lugar de dulces, bollería, pasteles y helados. Es verdad que las frutas contienen azúcar, pero no son tan dañinas como el azúcar refinada. Además, tienen compuestos beneficiosos, como el betacaroteno y el ácido elágico que protegen la piel de los efectos dañinos de la exposición solar.