El Día Mundial del Corazón se celebra cada 29 de septiembre.
Por Revista ES
Usted probablemente ha oído hablar de la conexión entre la mente y el cuerpo: el concepto general de que los pensamientos y sentimientos, especialmente los relacionados con el estrés, pueden influir en la salud física.
El Dr. Mohamad Alkhouli, cardiólogo intervencionista en Mayo Clinic en Rochester, Minnesota, está investigando la relación entre el cerebro y el corazón. Uno puede tener un poderoso impacto en el otro,. «La conexión entre la mente y el corazón es parte de una relación más amplia entre la mente y el cuerpo, pero es especialmente poderosa. Estados emocionales como la ansiedad, el luto o incluso la alegría pueden influir directamente en los ritmos cardíacos, la presión arterial e incluso el riesgo de ataques cardíacos. Al mismo tiempo, el corazón envía señales de vuelta al cerebro a través de los nervios, las hormonas y los receptores de presión — afectando nuestro estado de ánimo, atención y niveles de estrés. Así que no se trata solo del cerebro hablando con el corazón; el corazón también responde».
Entre las afecciones asociadas con la conexión entre el cerebro y el corazón se encuentran la disección espontánea de arterias coronarias (SCAD, por sus siglas en inglés) y la miocardiopatía inducida por estrés (SICM, por sus siglas en Inglés), también conocida como síndrome del corazón roto. Ambas afecciones pueden desencadenarse por el estrés.
El síndrome del corazón roto suele desencadenarse por situaciones estresantes o emociones extremas; provoca una interrupción temporal en la forma en que el corazón bombea la sangre. Las personas que lo experimentan pueden sentir un dolor torácico repentino y creer que están teniendo un ataque cardíaco.
Las herramientas habitualmente utilizadas para detectar ataques cardíacos no pueden identificar cuándo la causa del dolor torácico es, en realidad, el síndrome del corazón roto. En la mayoría de los casos es necesario realizar una angiografía coronaria invasiva para diferenciar la SICM de un infarto de miocardio causado por una obstrucción de las arterias coronarias.
En el síndrome del corazón roto, el debilitamiento temporal del corazón no ocurre de manera uniforme: Algunas partes del corazón no pueden contraerse adecuadamente, mientras que otras trabajan más para compensar, explica el experto. Este movimiento desigual crea fuerzas de torsión en el músculo cardíaco.
«Como las arterias coronarias, que son los principales vasos que suministran sangre al corazón, se sitúan en la superficie del órgano, pueden estirarse o tensionarse en las zonas donde se unen las áreas hiperactivas e hipoactivas durante el síndrome del corazón roto», agrega el Dr. Alkhouli. «En algunos casos, esta tensión puede provocar un desgarro en la pared de la arteria, lo que conocemos como SCAD».
Investigaciones de Mayo han descubierto que una tecnología innovadora llamada magnetocardiografía, que mide los campos magnéticos generados por el corazón, puede ayudar a identificar el síndrome del corazón roto. Otro estudio de Mayo sugiere que la SCAD, un tipo de ataque cardíaco a menudo resuelta del estrés físico o emocional, puede ser un evento secundario desencadenado por el síndrome del corazón roto.
Una pregunta que aún queda por responder es por qué algunas personas desarrollan el síndrome del corazón roto tras un trauma emocional, mientras que otras no, apunta el Dr.

