Una persona que ha perdido peso, pero sigue usando la misma talla de ropa, no ha logrado ningún tipo de resultado positivo para su cuerpo
Por: Mi Piel Sana
Una dieta que es virtualmente efectiva, se da por hecho cuando a partir de las dos primeras semanas, se comienza a notar un cuerpo más ligero, dando la ilusión de conseguir resultados prometedores en el nuevo estilo de vida adoptado.
Pero, ¿por qué usar la frase “virtualmente efectiva”?. Pues primero hay que entender que este tipo de resultados es el que aparece cuando no se sigue una dieta adecuada ni mucho menos se realizan los ejercicios recomendados para perder grasa de manera correcta. Y es que por lo general, muchas personas que se deciden a perder peso, reduciendo su déficit calórico y haciendo únicamente ejercicio cardiovascular, primero empiezan a quemar el tejido muscular, dejando la grasa casi tan intacta como al principio.
Por esta razón, a pesar de sentir el cuerpo más ligero, no hay que tomar esto como un progreso benéfico. Esto se debe a que se entiende como obesidad al exceso de masa grasa acumulada en el organismo, y dado a que el músculo quemado, ocupa un espacio menor, a pesar de tener una mayor densidad, la grasa sigue estando presente, y por ende, los resultados obtenidos no son benéficos, sino todo lo contrario.
Siendo que el músculo se trata de un tejido metabólicamente activo, es decir, que requiere de energía (calorías) para poder mantenerse, permite que el cuerpo requiera de una alimentación mayor para realizar sus funciones diarias, lo que se traduce en una quema de grasas más notable. Y es ahí donde radica el problema de una dieta virtualmente efectiva, ya que ante la falta de músculo, la grasa podría ir aumentando si no se consigue ajustar una alimentación con mayor índice de proteínas y realizar entrenamientos con pesas.
La fórmula es tan simple:
La importancia de perder tallas y no peso
Una persona que ha perdido peso, pero sigue usando la misma talla de ropa, no ha logrado ningún tipo de resultado positivo para su cuerpo. Eso puede deducirse fácilmente al comparar un kilo de carne magra con un kilo de manteca; si lo observamos por un breve tiempo, enseguida notaremos que el kilo de manteca ocupa un mayor tamaño que la carne magra; significando que la grasa tiene una menor densidad que el músculo.
Esto se traduce en que al perder peso, pero manteniendo las mismas medidas, la quema de músculo ha sido mayor que la de grasa, y por ende, el metabolismo se va haciendo más lento, hasta llegar al punto donde a pesar de seguir llevando una dieta con calorías reducidas, será imposible perder peso e incluso habrá una fuerte probabilidad de conseguir todo ese volumen eliminado, pero en forma de grasa, lo que se convierte en un problema más complicado con el cual lidiar.
La forma efectiva de quemar grasas
Para alcanzar el escenario descrito arriba, obviamente se requiere de una gran cantidad de tiempo, realizando los ejercicios inadecuados y siguiendo un plan alimenticio mal estructurado para tu propósito final.
Ya lo hemos dicho en múltiples ocasiones y de hecho, hemos publicado artículos relacionados con el tema. Para quemar grasas, hay que hacer músculo. ¿Cómo se logra esto?, pues siguiendo al pie de la letra los tres principales pilares de la construcción muscular: seguir una dieta alta en proteínas e hipercalórica, realizar entrenamiento con pesas intenso y descansar adecuadamente por las noches.
En conclusión
Ganar masa muscular garantiza una quema de grasas mayor. Las mujeres no deben temer a este último beneficio, ya que no van quedar con un cuerpo grueso y robusto como el de Arnold Schwarzenegger, pues no cuentan con la producción de las hormonas en cantidades necesarias para propiciar el crecimiento excesivo; y en el caso de ambos géneros, la grasa no se va a endurecer, haciéndola más difícil de quemar, ese es solamente un mito que la ciencia ha desmentido y del cual ya hemos hablado también.