Entrene su alegría

Carla Castro Lizano.
Directora y fundadora

Editorial Edición ES 133

Entrenamos nuestro cuerpo por uno o varios objetivos. Todos sabemos que si no se entrena todo caerá: los músculos, la salud, la apariencia. Pero también el ánimo cae. La alegría también necesita estímulo porque si no se trabaja, se pierde. ¿Cuánto entrenamos al estrés? Existe un tipo de estrés que es inevitable, ese que nos hace reaccionar ante situaciones de emergencia en casos de sobrevivencia, de correr por nuestra vida o la de otro, ¡gracias a Dios por el estrés en este sentido! Químicamente la hormona cortisol es parte importante de nuestro sistema interno de alarma, nuestro cuerpo la produce para manejar cualquier emergencia, al darle órdenes al hígado para que utilice su reserva de glucosa y lo deposite en la sangre y así reaccione.
El lado negativo del cortisol, producido por el estrés, radica en su desbalance, en su contínua producción, ya que puede ser el culpable de consecuencias negativas como la pérdida de memoria o de concentración, de reducir el sistema inmune, afectar el sistema digestivo ya que puede producir acidez estomacal y derivar en úlceras, reducir los niveles de oxígeno y en defi nitiva alterar el metabolismo para contribuir a la obesidad y/o enfermedades
derivadas*.
Muchas personas deben combatir este estrés de forma involuntaria al enfrentarse a una enfermedad como el cáncer. Sin embargo, también son muchos quienes lo convierten en su causa de lucha, de ataque para entrenar otros aspectos de su vida. Este fue el caso de Henry Raabe, un reconocido ciclista profesional quien logró combatir su enfermedad y retomar su carrera como quien ahoga el cortisol con las endorfinas del triunfo.
Las endorfinas, a las que también se les llama las moléculas de la felicidad son pequeñas proteínas capaces de inhibir las fibras nerviosas que transmiten el dolor, actúan a nivel cerebral para producir sensaciones intensas de placer. El ejercicio produce endorfinas, así que está comprobado que es bueno y necesario no solo por los beneficios físicos, sino también por los beneficios a nivel emocional y mental. Pero las endorfinas no se producen solas, hay que entrenarlas.
Es como entrenar la alegría. Si al reírse, se siente bien, ¿por qué no reírse más?. Incluso en el deporte recreativo. Se debe tener cuidado con la frase “no pain, no gain” (sin dolor no hay ganancia). Si bien es cierto se requiere de constancia y sacrificio para lograr cualquier meta, no debemos permitirle llegar a “usarnos”. Entrenar la alegría es más importante que entrenar la frustración.Desde el más “pro” hasta el más amateur cruzan la misma meta, unos antes, otros después, pero, ¿qué le parece si se propone siempre cruzarla sonriendo? La felicidad es una decisión. No se necesita ningún pretexto para celebrar. Se puede celebrar por lo más sencillo pero a la vez lo más grande que Dios nos regala: ¡estar vivo! Así que ponga música, baile, ría, abrace, ame, disfrute, saquemos músculos de felicidad y entrenemos nuestra alegría. ¡YES!

 

*»El Poder del metabolismo», Frank Suárez

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