¿Sabías que tanto el estrés como las dietas restrictivas pueden alterar el trabajo de la hormona de la saciedad y hacer que esta no funcione como corresponde? Así, terminamos por comer de más.
Por: Mejor Con Salud
La leptina es la principal hormona de la saciedad. Es la que se encarga de enviar una serie de mensajes a nuestro cerebro para advertirle de que ya estamos “llenos”, de que ya no tenemos hambre.
No obstante, es importante matizar un pequeño aspecto. No es lo mismo apetito que hambre.
El apetito es un deseo emocional, y por tanto, no siempre está regido por esta hormona, sino que se le añaden mecanismos cognitivos, perceptivos y sobre todo,emocionales.
Por otro lado, lo que definimos como “hambre” es una necesidad fisiológica con la cual cubrir nuestras carencias nutricionales y permitirnos así sobrevivir.
Decir, por tanto, que lo ideal sería siempre comer cuando tuviéramos hambre, es algo más que evidente.
Cuando nuestro organismo requiere de verdad ese aporte de nutrientes saludables con los que mantener la estructura y las funciones celulares y proporcionarnos energía es cuando las hormonas de la saciedad como la leptina, cumplen mejor su función.
Los antojos y el apetito emocional son los que más estragos ocasionan a nuestro peso y a nuestra salud.
Veamos por tanto alguna información más sobre cómo funcionan la principal hormona de la saciedad y cómo podemos “cuidar” de ella para que trabaje de forma adecuada y precisa.
1. La leptina: la hormona de la saciedad que abunda en exceso en las personas con sobrepeso
Es muy posible que este enunciado haya llamado la atención de nuestros lectores: si la leptina es la hormona de la saciedad ¿por qué hay un exceso en las personas con sobrepeso?
Veamos algunos datos para comprenderlo:
- La leptina es una hormona producida en su mayoría por los adipocitos (células grasas).
- Es lo que se conoce como una “hormona de señalización”, es decir, se comunica con el hipotálamo para decirle cuándo debemos parar de comer tras analizar que ya hemos obtenido la suficiente grasa de la comida en sí.
- Ahora bien, lo que sucede con las personas con sobrepeso es algo muy llamativo: padecen una resistencia a la leptina.
- Las personas con obesidad tienen niveles muy altos de leptina en la sangre, es decir, la acumulan sin que esta actúe como tendría que hacerlo.
Por lo tanto, es común que tarden más en sentirse saciados.
A su vez, otro problema que puede afectar a esta resistencia ante la leptina es que padezcamos algún problema en el propio hipotálamo, perdiendo así la sensibilidad hacia esta hormona.
¿Qué podemos hacer para reducir la resistencia a la leptina?
- Evita los alimentos inflamatorios
- Consumir alimentos con grasas buenas: aceite de oliva, salmón, aguacates…
- Dormir entre 7 y 9 horas diarias
- Practicar ejercicio regular
2. La leptina, la hormona de la saciedad, tiene muchas más funciones
Sabemos ya que una de las finalidades de esta hormona es enviar señales al hipotálamo para advertirle de que ya hemos obtenido la suficiente energía, y que podemos dejar de comer porque estamos saciados.
Sin embargo, la también conocida como proteína PN tiene también otras funciones:
- Inhibe la producción de otras hormonas y otros péptidos que aumentarían nuestros deseos de comer, como puede ser el neuropéptido Y.
- Asimismo, y este dato es interesante, la leptina aumenta el gasto calórico y metabólico, es decir, acelera el metabolismo para permitirnos perder peso o eliminar ese exceso que nos sobra.
3. Las dietas muy estrictas harán que se reduzcan tus niveles de leptina
Hay un dato que conviene recordar: las personas que llevan a cabo dietas muy estrictas lo que provocan es que se reduzca la actividad al máximo de la principal hormona de la saciedad.
- Así, las dietas de muy bajo valor calórico o lo que todos conocemos como “dietas milagro” suponen en realidad todo un riesgo para nuestra salud.
- Los niveles de leptina caen, nuestro metabolismo se vuelve muy lento, la sensación de hambre es más intensa y el nivel de energía de nuestro organismo decae.
¿De verdad valen la pena este tipo de dietas? Evidentemente, no.
4. El estrés puede hacernos subir de peso debido a la leptina
Lo sabemos, hay personas que, cuando atraviesan una época de mucho estrés, bajan de peso. Sin embargo, es común que a quien esté sometido a lo que se conoce como “estrés crónico” le suceda todo lo contrario.
Las razones de que esto sea así se explicarían de la siguiente forma:
- A mayor estrés, mayor nivel de cortisol en sangre.
- Cuanto más cortisol, más se reduce la presencia de la leptina.
En consecuencia, lo que sucede es algo que una buena parte de la población ya conoce: más sensación de hambre, más placer al comer y menos gasto energético.
5. Leptina: ¿es el mejor remedio para poder bajar de peso?
Es muy posible que más de uno esté pensando ya en cómo incrementar la actividad de la lectina para que nos permita sentirnos saciados antes y comer mucho menos.
- Bien, cabe señalar que la hormona de la saciedad trabaja en sintonía con nuestro cerebro.
- Por tanto, jamás le mandaría una señal para advertirle de que dejemos de comer cuando necesitamos más nutrientes, más energía.
- Sería, por tanto, ir en contra de nuestra salud y no es lo adecuado.
Con todo ello queremos dejar algo muy claro: no es recomendable comprar complementos dietéticos que dicen tener leptina con el fin de potenciar nuestra saciedad, al igual que no es saludable someternos a dietas milagro o muy estrictas.
Descubre las 5 mejores dietas para perder peso
Si sufrimos sobrepeso, lo ideal es acudir al médico para detectar si hay detrás algún problema hormonal.
Asimismo, si de verdad queremos cuidar de nuestros niveles de leptina y de su correcta funcionalidad, no dudemos en llevar una dieta adecuada, practicar algo de ejercicio y gestionar de forma adecuada el estrés y la ansiedad.