Jugos y té alejan a jóvenes de la tradición de beber café

La generación que nació en la década de los 80, perdió la tradición de tomar café porque nadie les enseñó, o porque no les gusta el sabor.

Por Revista ES

A pesar de que Costa Rica se ha destacado a nivel mundial como uno de los mejores productores de café, los cambios culturales y socioeconómicos que ha sufrido en los últimos años han provocado que el consumo interno de esta bebida no crezca, rompiendo con una tradición cafetera de más de 150 años, según se desprende de un estudio realizado por la Universidad Latina de Costa Rica.

El estudio llamado “Café, de la casa a la cafetería: ¿qué pasa cuando una economía cambia de la agricultura a los servicios?”, señala que una de las causas de esta reducción en el consumo de café se debe a que actualmente esta bebida compite en el mercado con jugos, té, y gaseosas que hace 50 años no existían, lo que ha provocado que los jóvenes prefieran estas últimas.

Además, las personas nacidas en los años 80, señalaron que ellos dejaron de tomar café porque sus padres no les enseñaron a consumir esta bebida.

De acuerdo con el doctor Juan Aguirre, profesor e investigador de la Universidad Latina de Costa Rica y además quien realizó el estudio, “las nuevas generaciones están desarrollando nuevos patrones de consumo de alimentos; además, el estudiante universitario hoy es un poco diferente, ya que trabaja para ayudar a costear sus estudios y tiene poco tiempo para las socializaciones tradicionales con padres y familiares, sobre todo en el caso de los estudiantes varones”.

Precisamente, el estudio se aplicó a estudiantes a 370 estudiantes de esta universidad con edades entre los 18 y 30 años, con el fin de conocer los patrones de consumo de café en adultos jóvenes. La selección fue aleatoria, las entrevistas se llevaron a cabo durante un período de tres semanas. La muestra cuenta con 95% de confianza y 5% de error.

Principales resultados

De acuerdo con el estudio, esta población prefiere el café en el desayuno, y consumen, en promedio, una taza (esta misma población, en los años 90’s, consumía casi dos tazas diarias). En el caso de las mujeres, el 44% lo bebe sólo en el desayuno y el 32% tanto en el desayuno como a media tarde. En el caso de los hombres, el 38% lo hace sólo en el desayuno y el 27% en el desayuno y a media tarde.

Además, el 85% de los encuestados que toman café por lo menos una vez al día, lo hacen por socialización, seguido por la tradición, la familia y la cultura, y esto obedece a que el país ya no es una economía agrícola y el consumidor de café agrícola no responde a las mismas motivaciones que un consumidor urbano.

De igual forma, los costarricenses han cambiado el lugar donde se reunían a tomar café. Antes de los años 80, los hogares eran los puntos de encuentro para toda la familia. Ahora, las personas prefieren ingerir esta bebida en los lugares de trabajo y en restaurantes, ya que lo utlizan para socializar. En este sentido las mujeres prefieren sus casas para beber café, mientras que los hombres prefieren los restaurantes.

También, se detectó que, del total de los entrevistados, un tercio no bebe café y lo ha cambiado por jugo, y cuando se les pregunta por qué, una gran parte expresa que nadie les enseñó.

Aguirre explicó que muchos de estos cambios fueron propiciados porque quienes nacieron en los años 80, vivieron la etapa en la que la economía del país pasaba de ser una cimentada en la agricultura, a una basada en servicios y turismo. Además, los padres aceleraban en ese tiempo el proceso educativo de sus hijos, lo que los mantenía más tiempo fuera de sus hogares.

Asimismo, la nueva sociedad ha cambiado los roles de la madre en el hogar y su tiempo disponible, ya que ahora  su educación, el trabajo y el cuidado de los niños, compiten entre sí, y las prioridades alimenticias se reordenan. Anteriormente, era la madre quien reunía a toda la familia para beber café juntos.

“El papel de las mujeres comienza a cambiar; esta trabaja y estudia, el hogar es una acción conjunta de los padres, y los parientes ya no están cerca, como en las zonas rurales, en donde la madre todavía enseña a comer. El proceso de cognición social cambia; además, el café ya no es un producto agrícola disponible casi gratuito, hay que comprarlo en la mayoría de los casos donde el ingreso regula el consumo debido al efecto combinado  ingreso y la accesibilidad. Hoy el consumidor además es seducido al consumo de otras opciones que antes no estaban disponibles”, señaló el investigador de la Universidad Latina de Costa Rica

Agregó que, a partir de estos datos, se puede esperar que en un futuro, el consumo del café se convierta en una mezcla de un “ritual” rápido, un café de buena calidad y un lugar agradable, que permita continuar socializando dentro de lugares como centros comerciales, centros de trabajo y cibercafés. “¿Cómo integrar el café con el trabajo y los nuevos centros de socialización? Nos parece que este es un negocio aún no ha sido explotado plenamente”, comentó Aguirre.

En este sentido, cabe preguntarse si el que cambia, es el comportamiento, la familia, tradición o la  cultura, y si estas están siendo  alteradas por las nuevas condiciones económicas en el país e impactando negativamente el consumo.

Sobre el estudio

La población elegida para aplicar el estudio fueron los mismos estudiantes de la Universidad Latina de Costa Rica, los cuales permitieran conocer de primera mano los intereses de consumo de bebidas en la población adulta joven con poder adquisitivo que se pueda traducir en una compra real; además de que es un grupo cuyos padres vivieron la transición de la economía nacional de los años 80.

El estudio buscó identificar las posibles causas de los cambios que se han dado en la tradición familiar de consumir café en el país, así como los factores que están relacionados a este cambio de consumo como lo son la amistad, el lugar y la  cultura.

A los estudiantes se les consultó sobre ¿cuáles son los factores que influyen en la cultura del consumo de café entre los estudiantes universitarios en términos de tradición, amistad y lugares de consumo.

Las teorías disponibles para la comprensión del consumo de café fueron seleccionadas basándose en la capacidad de estas de explicar el efecto urbano en el estudiante, el papel de las mujeres  en la fuerza laboral, compartiendo las responsabilidades domésticas y la revolución tecnológica y su impacto combinado en el papel de la familia como lugar para aprender patrones de consumo de alimentos, el papel de la madre como «maestra» del consumo de alimentos, el efecto  de la tecnología de la información y los medios de comunicación en el consumo y la práctica rutinaria del hábito del consumo de café.

De acuerdo con el doctor Aguirre, los resultados del estudio pretenden apoyar al sector cafetalero para entender las nuevas dinámicas del mercado y la necesidad de nuevas estrategias, que enfaticen la calidad, precio, rápidez y socialización entre los milenials como emergente de clientes, con educación y potencial económico.

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