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La demencia se puede retrasar: 14 factores que hacen la diferencia

Entre los dos factores nuevos destacan el colesterol LDL alto y la visión no corregida, junto a otros conocidos como pérdida auditiva sin tratamiento, hipertensión, obesidad y aislamiento social.

Por Revista ES

La demencia no es un destino inevitable. Según el informe 2024 de la Comisión The Lancet sobre prevención, intervención y atención de la demencia, casi la mitad de los casos podrían disminuir el riesgo si actuamos sobre 14 factores de riesgo modificables. Dos de ellos la pérdida de visión no tratada y el colesterol LDL elevado fueron recientemente añadidos al listado tras nuevas investigaciones.

“El diagnóstico de demencia aún no tiene cura, pero sabemos que puede retrasarse o incluso prevenirse con cambios en el estilo de vida y un seguimiento médico adecuado”, afirmó la Dra. Carolina Alfaro especialista en geriatría, gerontología y medicina paliativa de la red médica MediSmart.

El estudio, publicado el 31 de julio de 2024, revela que estas medidas son más efectivas cuando se adoptan desde la infancia o en la mediana edad, pero incluso en la tercera edad siguen teniendo impacto.

Estos son 14 factores que pueden hacer la diferencia:

1. Bajo nivel educativo: Nunca es tarde para aprender. Mantenerse cognitivamente activo desde la infancia fortalece las conexiones cerebrales a largo plazo.

2. Pérdida auditiva sin corregir: El uso de audífonos mejora la calidad de vida y puede reducir el aislamiento y el deterioro cognitivo.

3. Diabetes mal controlada: La gestión médica continua y el control glucémico estricto reducen riesgos cerebrales y vasculares.

4. Colesterol LDL elevado: Una alimentación balanceada y chequeos médicos regulares ayudan a mantener niveles saludables.

5. Hipertensión arterial: La presión alta no tratada es un enemigo silencioso del cerebro. Medirla y tratarla a tiempo es clave.

6. Tabaquismo: Fumar daña las arterias y acelera el deterioro cognitivo. Abandonarlo siempre vale la pena.

7. Consumo excesivo de alcohol: Beber con moderación —si se elige beber— protege tanto el hígado como el cerebro.

8. Obesidad: La obesidad se asocia a inflamación crónica y enfermedades que pueden desencadenar deterioro mental.

9. Aislamiento social: Hacer vida social estimula el cerebro, reduce el estrés y previene la depresión.

10. Depresión no tratada: La salud mental es esencial a cualquier edad. Buscar apoyo psicológico mejora la calidad de vida y previene el deterioro cognitivo.

11. Inactividad física: El ejercicio regular favorece la circulación, regula el azúcar y fortalece el sistema nervioso central.

12. Traumatismos craneales: Evitar caídas y usar protección al practicar deportes o manejar puede prevenir daños irreversibles.

13. Contaminación ambiental: La exposición prolongada a partículas contaminantes se ha relacionado con un mayor riesgo de deterioro mental.

14. Visión no corregida: Los anteojos no son solo para ver mejor: mantener una visión adecuada reduce el aislamiento y estimula la actividad cerebral.

“Fortalecer estos hábitos desde temprana edad y mantenerlos a lo largo de la vida es clave para asegurar una vejez con mayor claridad mental y autonomía. La mejor herramienta siempre será la prevención.”, concluyó la Dra Alfaro.

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