Lo importante, al momento de darse indulgencias en Navidad, es consumir alimentos que ayuden a nuestro bienestar emocional.
Por Silvia Sáenz, nutricionista de Mondelēz
Navidad es una de las celebraciones más famosas del mundo. Al ser una época de encuentro, reencuentro, unión y familiaridad, esta época del año está, además, tradicionalmente relacionada con la comida. Sin duda, un ambiente que nos reta a tomar decisiones de alimentación, las cuales, contrario a lo que se piensa, no tienen por qué ser todo o nada, sino evitar los excesos.
Esta celebración abre las puertas a romper cualquier tipo de dieta o costumbre alimenticia, las fiestas y el compartir con nuestros seres queridos pasa, con razón, a ser la prioridad durante las celebraciones. Por otro lado, es también evidente que el consumo se hace en lugares específicos y que no se consume la comida simplemente por el hecho de consumirla. Por ejemplo, muchos de los consumidores prefieren que sus casas protagonicen estos momentos de unión alrededor de la mesa.
Esta es la doble cara de la Navidad. Es una época de lo que en Mondelēz llamamos indulgencia: consumir productos que no solamente producen bienestar físico, sino también emocional, e incluir alguno en la alimentación -no por nada, el 80 % de las personas a nivel global consideran que una dieta balanceada contiene algo de indulgencia 1 -. Pero también es una oportunidad para consumir de manera consciente, es decir, comer el snack adecuado en el momento adecuado y, también, con las personas adecuadas.
El equilibrio está precisamente en este punto ser conscientes de qué vamos a consumir, cómo lo vamos a consumir y en qué momento lo vamos a hacer: esto es lo que llamamos el mindful snacking, el consumo consciente. Lo que implica que a pesar de la doble cara que nos plantea esta época del año, debemos tener claro que es necesario evitar comer de más, poniéndose objetivos concretos.
Un claro ejemplo de este tipo de consumo es ser cuidadoso con las porciones. La indulgencia no significa comer cantidades exageradas de comida solamente porque durante el año no podemos hacerlo, sino comer aquellos alimentos que deseamos en porciones controladas y moderadas. De esta manera, nosotros tenemos el control del consumo y no lo contrario, cuando el consumir comida nos controla a nosotros.
Lo importante, al momento de darse indulgencias en Navidad, es consumir alimentos que ayuden a nuestro bienestar emocional. No es necesario recurrir a los excesos. El mejor regalo que puede darse durante estas fechas es compartir con su familia, sin arrepentimientos, recargando energías y preparándose para empezar un nuevo año.