Leucemia linfocítica crónica: ¿Cómo diagnosticarlo y cuál es su tratamiento?

Para el 2021, el American Cancer Society, estimó que Estados Unidos llegaría a reportar 21.250 nuevos casos de LLC.

Por Revista ES

La leucemia linfocítica crónica (LLC) es un tipo de cáncer que se desarrolla en la sangre y la médula ósea; se le dice ‘crónica’ debido a que es una enfermedad que avanza con menos rapidez que los otros tipos de leucemia y la palabra ‘linfocítica’ se le otorga por las células afectadas por la enfermedad, que son los glóbulos blancos llamados ‘linfocitos’, los cuales le ayudan al organismo a combatir las diferentes enfermedades.

Este tipo de leucemia es más común en los adultos, afectando en su mayoría a hombres de más de 70 años. Los pacientes que desarrollan la enfermedad presentan complicaciones mucho tiempo después, sin embargo, suele ser más difícil de curar que las leucemias agudas.

Para el 2021, el American Cancer Society, estimó que Estados Unidos llegaría a reportar 21.250 nuevos casos de LLC representando un 1,1% de los casos nuevos de cáncer diagnosticados, con fallecimientos de más de 4 mil personas (0.7%).

Para diagnosticar la leucemia linfocítica crónica se utilizan diferentes pruebas:

  1. Examen físico y antecedentes de salud.
  2. Recuento sanguíneo completo (RSC) con diferencial: en esta prueba se toman muestras de sangre para
    verificar elementos como glóbulos rojos, plaquetas, hemoglobina y glóbulos blancos.
  3. Estudios químicos de la sangre.
  4. Prueba para medir la producción de enzimas.
  5. Prueba de laboratorio para medir la microglobulina beta-2, una proteína pequeña que se encuentra
    normalmente en la superficie de muchas células.
  6. Citometría de flujo: prueba que ayuda a diagnosticar diferentes tipos de cáncer.
  7. Hibridación fluorescente in situ (FISH): se usa para observar y contar los genes o los cromosomas en las
    células y los tejidos.
  8. Prueba de mutaciones en los genes.
  9. Análisis de laboratorio para medir ciertos tipos específicos de anticuerpos en la sangre.
    Factores de riesgo y síntomas. Algunos factores de riesgo son:
  10. La edad.
  11. Exposición a sustancias químicas.
  12. Antecedentes familiares.
  13. Género.
  14. Raza.
    Los síntomas de la LLC varían según el paciente, ente ellos se pueden encontrar: 11
  15. Ganglios linfáticos inflamados (cuello, axilas, estómago e ingle).
  16. Sensación de cansancio.
  17. Fiebre e infección.
  18. Sangrado o moretones que aparecen con facilidad.
  19. Pérdida de peso sin razón.

El tratamiento para la LLC dependerá de muchos factores y será de acuerdo a los resultados de las pruebas, la edad y el estado general de salud del paciente. Los más frecuentes son:

  1. Quimioterapia: en este caso se utilizan medicamentos con sustancias químicas que se encargan de
    erradicar las células de leucemia.
  2. Terapia dirigida: se utilizan tratamientos o medicamentos que buscan identificar y atacar células
    específicas.
  3. Radioterapia: se utilizan los rayos X de alta energía para destruir las células cancerosas.
  4. Quimioterapia con trasplante de médula ósea: además de aplicar la quimioterapia para atacar las
    células, se realiza el trasplante con el fin de reemplazar las células formadoras de sangre.
  5. Inmunoterapia: en este tratamiento se recurre a utilizar el sistema inmunitario del paciente para combatir
    el cáncer.
  6. Observación cautelosa: se basa en observar de manera continua al paciente, con el fin de verificar que
    no muestre síntomas ni signos.
    Además, existen nuevos tratamientos, como los Inhibidores de Tirosina Cinasa de Bruton (BTKi), una proteína que ayuda a que algunas células malignas crezcan y sobrevivan, bloqueando la actividad de la BTK en las células de leucemia linfocítica crónica (LLC) dándole la opción a la persona de administrarlo solo o junto con otros medicamentos. También, se encuentran los biomarcadores, una prueba que se utiliza para lograr identificar genes, proteínas y otras sustancias que brindan información sobre el cáncer ayudando al médico a recomendar el tratamiento más apropiado; en otras ocasiones permiten diagnosticar y controlar la enfermedad durante el procedimiento y posterior a este.

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