No olvide usar sus tenis… ni la almohada, ni el tenedor

Por diferentes motivos muchas personas entrenan por la mañana sin tomar en cuenta  las horas de sueño y el desayuno apropiado.

Si bien el ejercicio siempre será beneficioso, en la búsqueda de resultados positivos más bien podríamos caer en errores que pueden costar muy caro. Dos de los más frecuentes son entrenar sin desayunar o sin haber dormido bien la noche anterior. O peor aún, la suma de ambos.

Encuestas realizadas por dos universidades españolas revelan que la mala costumbre de correr sin desayunar tiene altos porcentajes.

Es una situación alarmante. Ejercitarse sin haber ingerido alimentos al iniciar el día hace que los músculos necesiten glucógeno y no lo encuentren y entonces la tortura a nuestro organismo es palpable rápidamente en los niveles de fatiga.

De igual forma, iniciar el día con un fuerte entrenamiento sin haber dormido lo suficiente, expone nuestro cuerpo a niveles de estrés muy altos, a aparición de lesiones y a un descenso de nuestro rendimiento físico, debido a la falta de recuperación que solo nos da el sueño.

 

CALORÍAS NECESARIAS: Personas que ingieren alimentos entre las comidas principales reducen de peso más rápidamente que aquellas que no lo hacen.

8 son suficientes. Estudios de Lincoln University concluyeron que las personas que hacen en promedio 8 horas de entrenamiento a la semana queman más calorías mientras ven televisión que aquellas que son sedentarias.

No le haga caso solo a la báscula. Aunque muchas personas afirman que salir a correr por las mañanas sin desayunar les ha servido para bajar de peso, la realidad es otra; pues esta opción demuestra falta de conocimiento de cómo funciona nuestro organismo.

 

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