Por EFE
Félix Cabrera es un actor de teatro que ha vivido dos décadas con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en Guatemala, donde el 52 % de los casos se detectan de forma tardía.
Cabrera junto a otros 20 pacientes ganaron una demanda al Estado de Guatemala en 2018 y la Corte Interamericana de Derechos Humanos ordenó que se garantice que los pacientes con VIH tengan acceso a salud integral, pero aún esperan que esto se cumpla.
«Cuando me diagnosticaron, hablar de VIH era hablar de muerte», dijo a EFE Félix Cabrera, un actor de teatro de 45 años, que desde octubre del 2000 vive con este virus.
Al inicio, fue despedido de su empleo, no sabía cómo darle la noticia a su madre, la depresión lo llevó a intentar quitarse la vida tres veces, pero encontró la fortaleza para buscar tratamiento y apoyo psicológico.
Félix siempre gustó del arte y cuando fue diagnosticado pensó que no le quedaba mucho tiempo de vida, así que comenzó a estudiar teatro.
“Pensé que en la actuación podría vivir muchas vidas, visitar muchos lugares sobre el escenario, y lo que me motivó fue el diagnóstico”, cuenta Félix y entre risas asegura que siempre ha interpretado al “malo de la obra”.
El acceso a salud en Guatemala ha sido complicado para Félix. Durante muchos años en el Seguro Social recibía sus retrovirales, pero no existía un apoyo nutricional, tampoco psicológico, «no tenemos acceso a salud integral», resaltó.
EL ATRASO DE GUATEMALA PARA ATENDER EL VIH
«Guatemala tiene el peor programa nacional de sida de latinoamérica, los pacientes llegan muy tarde al tratamiento», indicó a EFE el reconocido infectólogo Eduardo Arathoon, quien desde 1984 ha trabajando con pacientes de VIH.
Además, Arathoon fundó la primera clínica especializada en la región, se trata de la Asociación de Salud Integral «Luis Ángel García», ubicada en el centro de la Ciudad de Guatemala.
El Programa de Naciones Unidas sobre el VIH/Sida plantea que el 90 % de las personas con VIH conozcan su diagnóstico, el 90 % de ellas deben estar en tratamiento y ese mismo 90 % mantener una carga viral indetectable, en otras palabras que no puedan contagiar a nadie.
De acuerdo con los datos del infectólogo Arathoon, en Guatemala solo el 56 % de las personas con el virus han sido diagnosticadas, un 40 % recibe tratamiento y solo el 35 % mantiene una carga viral indetectable.
«Incluso estamos peor que algunos países africanos», advierte el especialista.
Además, Arathoon afirma que existe desigualdad, porque si en la Ciudad de Guatemala se detecta tardíamente un 52 % de los casos, en las poblaciones indígenas del país esta cifra aumenta un 10 %.
Actualmente, según datos de Naciones Unidas, en Guatemala existen más de 40 mil pacientes de VIH detectados, siendo los más afectados los jóvenes entre los 10 y 29 años.
“Muchos pacientes seguramente están falleciendo sin un diagnóstico establecido, creyendo que son otras causas, como neumonías, que son parte de las infecciones que matan a la gente con VIH”, explica Arathoon.
En cuanto a medicamentos para VIH, en octubre último el Ministerio de Salud Pública de Guatemala explicó a medios de comunicación locales que existía un desabastecimiento provocado por la demora de los proveedores que no habían entregado los productos pagados desde marzo.
El desabastecimiento de medicamentos golpea fuertemente porque si se trata a un paciente con un tratamiento que cuesta 5 dólares, a través de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y no se suministra constantemente el virus se puede hacer inmune.
Esta situación ha provocado que luego sea necesario utilizar un tratamiento más costoso, unos 80 dólares en el mercado, según la explicación de Arathoon.
UNA BATALLA LEGAL POR LA SALUD INTEGRAL
En mayo del 2002, un grupo de 26 personas con VIH, 6 de la Ciudad de Guatemala y 20 del poblado de Coatepeque, ubicado al oeste del territorio, pidieron al presidente de ese entonces, Alfonso Portillo, que atendiera el desabastecimiento del tratamiento retroviral, pero no se obtuvo respuesta.
Luego de agotar las instancias legales locales y con personas muriendo por la infección, en 2003 elevaron la demanda ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Después de 16 años de batalla legal, la CorteIDH determinó en agosto de 2018 que el Estado de Guatemala violentó los derechos de 49 pacientes de VIH por incumplir con los tratamientos médicos necesarios, lamentablemente 15 de ellos fallecieron antes del fallo a su favor.
«La Corte ordenó que el Estado debe proporcionar salud integral, no se trata únicamente de medicina para contrarrestar la reproducción del virus, en estas personas suele haber afectación de triglicéridos, colesterol y diabetes (…) El estado debe atender estas situaciones porque solo dar retrovirales no es una atención integral», explicó a EFE la doctora Cristina Calderón, representante de los pacientes que ganaron una demanda al Estado.
El Estado cumplió con otorgar una compensación económica a algunos de los denunciantes, pero estos aseguran que las condiciones de atención en salud no han mejorado cuatro años después de la sentencia que califican como «histórica».
«La pandemia de covid nos hizo retroceder 20 años», indica la doctora Calderón, quien califica de «imperdonable» que con una sentencia ganada ante la CorteIDH, en la actualidad exista desabastecimiento de medicamentos para pacientes pediátricos y que se tenga que moler pastillas de adultos para tratar a los niños, como se hacía hace dos décadas.
Entre los pacientes que ganaron la demanda contra el Estado se encuentra Félix Cabrera, quien 22 años después de ser diagnosticado sigue vivo y a la espera de que no solo él sino pacientes que viven en áreas rurales de Guatemala puedan obtener acceso a salud de forma oportunidad y a diagnósticos tempranos