Personas podrían tener cambios en el apetito por las emociones que genera la Navidad

Se debe tener un balance para evitar caer en restricciones totales o en excesos incontrolables.

Por Revista ES

Aunque se suele relacionar la Navidad con alegría, unión e ilusión, la realidad para muchos puede ser diferente. Lo que han vivido en el transcurso del año les puede ocasionar dolor, tristeza y soledad o, el cierre laboral, la asistencia social a eventos y la compra de regalos les provoca ansiedad.

Los profesionales en nutrición advierten que las emocionan de ambos escenarios inciden en la alimentación y así lo respalda la Asociación Americana de Psicología quien a través de un estudio afirmó que el 37% de los participantes mencionaron tener cambios en el apetito producto de los sentimientos que genera la Navidad.

La Dra. Jéssica Peña, representante del Colegio de Profesionales en Nutrición y psicóloga* explica que “ante una situación incómoda el cuerpo siempre busca manifestar esa emoción con algún exceso y el más habitual durante las épocas navideñas es la alimentación compulsiva. Los desajustes biológicos suelen propiciarse un poco más por la sobre ingesta habitual de comida, un mayor consumo de azúcar y de alcohol, menos horas de sueño y la disminución de la actividad física”.

El estudio mencionado anteriormente señala también que el 41% de los participantes usa la comida para manejar el estrés y un 28% aumentan el consumo de alcohol para “relajarse y convivir”.

Peña agrega que existen tres principales retos que se deben superar en esta época:

  • Sentirse agobiados por la música navideña, el estrés o ansiedad, compras, compromisos sociales, gastos, viajes, la organización de eventos o conflictos familiares. Es una época donde se siente mayor sensibilidad.
  • Sentirse solos si no se cuenta con grupos sociales, familia, pareja, hijos adultos, vivir lejos de la familia y no poder reunirse con ella o duelos no resueltos o recientes; pues una temporada donde se enfatiza la unión social, y las distancias se hacen más evidentes.
  • Sentir fracaso por el año si no se pudo cumplir algunas metas propuestas a inicio de año en las diferentes áreas: familiar, social, laboral, físicas, entre otros. Esta época genera mucha introspección de nuestras vidas.

Para evitar que esto incida en la alimentación, la experta recomienda conectar con cada momento de manera que las personas puedan estar atentas a los sabores y al hambre, evitar contar calorías y pensar en cuánto puede subir de peso por lo que va a ingerir, dar prioridad a alimentos con mejor calidad nutricional y buscar un punto medio de manera que no se polarice en función de una restricción total o de excesos incontrolables.

De la misma manera, el CPN brinda otras estrategias adicionales:

  • Coma despacio
  • Consuma alimentos que produzcan saciedad como las frutas y verduras
  • Seleccione bebidas bajas en calorías e incluya el agua dentro de estas opciones
  • Procure priorizar los vegetales no harinosos en los platos. Sírvalos primero
  • Evite consumir snacks si no son saludables y prefiera elegir un buen plato principal
  • Comparta o racione la porción de postre
  • Continúe practicando su actividad física
  • Mantenga en orden sus tiempos de comida
  • Escuche su cuerpo que le indicará cuando ya esté satisfecho
  • Si es posible, modifique las recetas navideñas de manera que sean más saludables

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