Algunos pueden dormir diez horas, a otros les basta cuatro. Pero, ¿qué pasa cuándo no podemos conciliar el sueño y nos afecta en nuestro diario vivir?
Por Carolyn Hernández
Después de tener un día ajetreado por el trabajo o actividades personales, se desea llegar a la cama para descansar y tener las energías necesarias para iniciar el siguiente día. Sin embargo, a veces no se logra conciliar el sueño en toda la noche o la madrugada. Si pasa un día, no hay problema; pero si este comportamiento es repetitivo, está sufriendo un trastorno del sueño.
El neurólogo Luis Guillermo Rosales señala que el ciclo del sueño normal es parte de lo que se conoce como el ciclo circadiano y constituye dentro del reloj biológico una parte importante del funcionamiento corporal, que es la recuperación física para enfrentar la parte de vigilia (estar despiertos).
El sueño ayuda a que la persona tenga claridad mental, un mejor razonamiento y logre mejor rendimiento en sus actividades. No obstante, cuando no se logra dormir las horas promedio (ocho horas), el cuerpo lo resiente. Así las cosas, es importante identificar si padece algún trastorno en el transcurso de las horas de sueño. La Doctora María Lorena Serrano hace énfasis en las siguientes nueve irregularidades:
- Inversión del ciclo del sueño: Tendencia a dormir durante el día y a disminuir el sueño nocturno. Este fenómeno puede ocurrir con mayor frecuencia en adultos mayores.
- Insomnio: Algunos factores que contribuyen con este trastorno son los desórdenes afectivos, la ansiedad y otras enfermedades psiquiátricas, el exceso de estímulos como el consumo de bebidas energéticas, café, algunos fármacos y drogas ilícitas. También están los estímulos del medio ambiente, como el uso y abuso de aparatos electrónicos, las condiciones de ventilación y luminosidad de los dormitorios o el ruido.
- Apnea obstructiva del sueño: Cuando la persona tiene pausas en la respiración o las respiraciones son muy superficiales durante el sueño.
- Narcolepsia: La persona no logra descansar a pesar de haber dormido sus horas completas, por lo que presenta cansancio, somnolencia e incluso se queda dormida sin quererlo durante el día.
- Sonambulismo: La persona realiza actividades mientras se encuentra aún dormida.
- Síndrome de piernas inquietas: Se asocia con la inquietud motora de las piernas para interrumpir sensaciones molestas.
- Terrores nocturnos: La persona se despierta súbitamente y aterrorizada sin causa aparente. Es de probable origen psicológico.
- Enuresis: Frecuente en niños, consiste en la incontinencia urinaria durante el sueño.
- Ronquidos: Son comunes y no necesariamente significan un problema médico particular. Si estos son severos y afectan la calidad del sueño o se acompañan de apnea del sueño, deben ser tratados por un médico.
El doctor Rosales considera que los trastornos del sueño se dan –la mayoría de veces– por factores externos. “Se puede ver afectado por los hábitos de alimentación, el ritmo de vida de la persona (ansiedad o estrés). Tiene que ver con la regularidad con que la persona se acuesta o se levanta. También con los medicamentos, con factores externos como el ruido, por la temperatura de la habitación y la iluminación del cuarto. Se recomienda que exista la menor cantidad de luz posible a la hora en que se va a dormir.
Horas necesarias para dormir
- Un niño recién nacido puede dormir 20 horas al día.
- Un niño de 1 año en adelante puede dormir 12 horas.
- Un niño de 7 años puede dormir de 8 a 10 horas.
- A partir de los 10 años, el promedio de horario de sueño es de 7 a 8 horas.
- En adultos mayores se invierte el ciclo, ya que las horas de sueño por la noche se van reduciendo, pero aumenta la siesta durante el día. Pueden dormir entre 4 a 5 horas por noche.