Para prevenir una lesión no solo se necesita un correcto diagnóstico y un tratamiento adecuado, sino también una prevención que contribuya a una sensación de bienestar
Por Revista ES
Los movimientos bruscos, y la poca preparación al hacer deporte son algunas de las causas más frecuentes que pueden generar una lesión al hacer deporte. Sin bien el cuerpo está diseñado para el movimiento, es importante que se realice de forma adecuada para evitar que los tejidos se resientan por debilidad.
Existen dos tipos de lesiones deportivas que se clasifican en dos grupos: las de contacto y las de origen cardiovascular. Las primeras son más frecuentes y también las más leves, se asocian al contacto, la fuerza y al trauma propio del deporte.
Las segundas son las lesiones cardiovasculares, las cuales son menos frecuentes, pero de mayor cuidado, ya que están relacionadas con el esfuerzo que hace el corazón durante la práctica deportiva. En este tipo de lesión está el infarto de miocardio e incluso la muerte súbita.
“La mejor manera de evitar una lesión es buscar asesoría médica antes de iniciar un programa de actividad física para que la práctica deportiva proporcione todos los beneficios esperados. No hay que ser un deportista de alto rendimiento para sufrir una lesión, muchas veces la persona sedentaria que comienza una actividad también está expuesta a este tipo de incidentes”, aseguró Andrés Hernández, médico deportólogo adscrito a Colsanitas
Sin embargo, es importante tener en cuenta que para prevenir una lesión no solo se necesita un correcto diagnóstico y un tratamiento adecuado, sino también una prevención que contribuya a una sensación de bienestar y a una mejor calidad de vida derivados de la práctica deportiva.
Para esto, tenga en cuenta las siguientes recomendaciones para prevenir de una lesión al hacer ejercicio:
1. Inicie su rutina con un calentamiento previo. Al iniciar la sesión de ejercicio es indispensable hacer calentamiento muscular, ya que el movimiento incrementa la producción de energía. Esto hace que aumente la temperatura de los músculos, mejore la coordinación y disminuya la probabilidad de lesiones.
2. Hidrátese bien durante su rutina. Es importante beber líquidos que contengan sales minerales y carbohidratos, pero no aquellas que tengan sustancias estimulantes, ya que disminuyen la sensación de fatiga que sirve como defensa del organismo para evitar lesiones.
3. No se exceda. Hay que tener en cuenta que el ejercicio regular preserva la fortaleza de los tejidos y retrasa la degeneración propia del paso de los años, así como también es la mejor forma de prevenir enfermedades crónicas no transmisibles y de mejorar el estado de ánimo, pero hay que adaptarlo a las condiciones individuales y seguir las reglas del entrenamiento para que sea una práctica sana y saludable.
4. Realice estiramientos. Después de entrar en calor se aconseja seguir con un ejercicio aeróbico de baja intensidad y estiramientos musculares sostenidos por 15 a 20 segundos. Se realiza bien este proceso de recuperación cuando no hay dolor al practicarlo. La última fase del calentamiento está dirigida al trabajo técnico propio del deporte.
5. En caso de presentar dolor, guarde reposo y consulte a su médico. Ante cualquier molestia hay que suspender el ejercicio y tener al menos 48 horas de reposo. En ese lapso se pueden utilizar medios físicos como frío y calor para disminuir la inflamación y consultar con su médico de confianza para determinar la severidad de la lesión y el tiempo que hay que esperar para retomar el entrenamiento.