Según la OPS, 31 millones de personas y 1.2 millones de niños se diagnostican, cada año, en el mundo, con este padecimiento.
Por Revista ES
La sepsis o septicemia es una complicación que sucede cuando el cuerpo produce una respuesta inmunitaria anormal, desbalanceada y tóxica frente a una infección. Si bien a cualquiera le puede dar una infección, las personas con mayor riesgo de padecer una sepsis son los bebés, niños, adultos mayores, individuos con enfermedades crónicas (diabetes, enfermedad hepática o renal) y también con sistemas inmunes débiles (por ejemplo, por cáncer).
La sepsis es considerada una urgencia médica. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), cerca de 31 millones de personas sufren un episodio de sepsis cada año en el mundo y de estas, alrededor de seis millones mueren a causa de dicho padecimiento. Asimismo, 1.2 millones de niños son diagnosticados anualmente.
La mayoría de los casos de sepsis se da por infecciones bacterianas (por ejemplo, por el neumococo); sin embargo, algunos suceden por una complicación de otro tipo de infecciones como las virales (influenza o el mismo covid-19). Los casos más graves suceden por una infección generalizada, que se disemina por todo el cuerpo mediante la sangre.
Según la doctora Monique Baudrit, gerente médico senior de Pfizer Centroamérica y Caribe, la sepsis es uno de los mayores desafíos que se da en los hospitales; puede ocurrir en personas ingresadas en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), intubadas o con catéteres intravenosos, con heridas o quemaduras y hasta en aquellas con una hospitalización más prolongada.
“Las enfermedades infecciosas continúan siendo una de las grandes problemáticas de salud pública en el mundo y la sepsis es muestra de ello. Por eso, desde Pfizer queremos elevar la voz para concientizar sobre la importancia de detectar una septicemia a tiempo mediante un mejor reconocimiento de sus síntomas y la optimización de las capacidades de diagnóstico, así como del manejo adecuado y eficaz de la enfermedad”, continuó la doctora Baudrit.
Si no se detecta a tiempo, la sepsis puede ocasionar daños irreversibles en tejidos, disfunción orgánica como problemas en pulmones para respirar, orina escasa o nula y cambios en el estado mental, entre otros. El choque séptico es el nivel más grave de esta enfermedad, donde la presión sanguínea baja a niveles peligrosos y se incrementa el riesgo de muerte.
¿Cómo reconocer si se padece de sepsis?
El que haya una infección no siempre implica que se desarrollará una sepsis; sin embargo, es importante estar atento a los síntomas más frecuentes, entre los que destacan la fiebre, los escalofríos, cambios de estado mental y desorientación, respiración (mayor o igual a 22 respiros por minuto) y frecuencia cardiaca rápida, presión arterial sistólica igual o menor que 100 mm Hg, así como sarpullido.
Si existen signos de infección combinados con varios de los síntomas anteriores y, además, la persona pertenece a una de las poblaciones de alto riesgo, es importante acudir al médico de inmediato.
El diagnóstico por sepsis incluye un examen de sangre del paciente, para conocer el número anormal de glóbulos blancos y si existen o no bacterias presentes en el organismo u otros agentes infecciosos. También, puede indicarse una tomografía computarizada o una radiografía para conocer el lugar de la infección.
El valor del tratamiento adecuado
La gran parte de los pacientes suele recuperarse de una sepsis leve; sin embargo, los que padecieron una septicemia grave, tienen de dos a tres veces más probabilidades de reingresar al hospital por futuras infecciones.3y5 Por eso, es importante detectar una sepsis tan rápido como sea posible y tratarla de la manera más eficaz; el riesgo de muerte por sepsis incrementa en un 8% cada hora antes del tratamiento.
Una sepsis suele tratarse en la UCI, con el fin de detener la infección, evitar que haya una disminución de la presión sanguínea y preservar los órganos vitales. El tratamiento incluye la administración de antibióticos y líquidos intravenosos, estos últimos para ayudar al funcionamiento de los órganos; en los casos más graves, también, se pueden requerir cirugías para eliminar la infección, sondas para respirar o una diálisis renal.
“La sepsis solamente se puede prevenir si como ciudadanos trabajamos juntos para reducir o eliminar las infecciones. Una de las medidas más importantes que puede aplicar la población es vacunarse contra diferentes enfermedades y mantener su esquema completo, de acuerdo con las indicaciones de cada país. Además, continuar con la práctica constante del lavado de manos y cumplir con el régimen de tratamiento recetado por el médico, para evitar complicaciones o reinfecciones a futuro. En lo que a Pfizer respecta, seguiremos comprometidos con el desarrollo de medicamentos y vacunas innovadoras, así como de soluciones más allá de la medicina, para llevar una mejor calidad de vida a los pacientes”, concluyó la doctora Baudrit.