Durante estas fechas, es común experimentar síntomas físicos y emocionales que pueden indicar niveles elevados de estrés.
Por Revista ES
Mientras la cuenta regresiva para el nuevo año comienza, también lo hace la reflexión inevitable sobre el balance de lo vivido, y aquí se plantea una pregunta crucial: ¿cómo afecta a nuestra mente cuando este balance tiende a ser más sombrío que positivo?
Para algunas personas, la llegada del 31 de diciembre no solo representa el cierre de un ciclo, sino también la manifestación de preocupaciones y añoranzas relacionadas con metas no alcanzadas. Este día se convierte en el punto de convergencia de la ansiedad vinculada a los resultados pasados y las expectativas inciertas sobre el futuro.
Para la psicóloga Shirly Chocrón, de la Clínica de Salud Mental Herrera Amighetti, es una época donde la importancia del autocuidado y la comprensión de nuestras emociones cobra mucha más importancia.
«A través de la identificación de síntomas y la implementación de estrategias efectivas, es posible mitigar el impacto negativo en la salud mental. Las expectativas sociales y familiares asociadas con la temporada de fin de año pueden aumentar la presión sobre las personas. Es crucial comprender que está bien no sentirse bien durante este período y que cada individuo puede vivir estas festividades de manera única. El fin de año es simplemente una fecha en el calendario, y no cumplir con metas en diciembre no impide lograrlas en el próximo año”, explica la especialista.
Durante estas fechas, es común experimentar síntomas físicos y emocionales que pueden indicar niveles elevados de estrés. Algunos de estos síntomas incluyen fatiga física y emocional, dolores de cabeza, problemas gastrointestinales e irritabilidad. Estos signos son alertas importantes para prestar atención a nuestro bienestar mental.
Estrategias de afrontamiento. Para la psicóloga, algunas estrategias efectivas incluyen:
- Realizar actividades gratificantes: Invertir tiempo en actividades que nos brinden satisfacción personal, como hacer ejercicio, comer conscientemente y compartir momentos con amigos y familiares.
- Evaluar la participación en eventos: No sentirse obligado a asistir a todos los eventos familiares y evaluar cuidadosamente la conveniencia de participar en situaciones que puedan generar estrés.
- Identificar y expresar emociones: Reconocer y gestionar las emociones es fundamental. Esto permite establecer metas realistas y alcanzables para el próximo año, dividiéndolas en pasos pequeños y manejables.
- Establecer límites: Aprender a decir no y establecer límites saludables contribuye a preservar la salud emocional.