Por Luis Diego Quirós
Cuando empecé a correr hace algunos años, jamás me imaginé que ahora iba a planificar mis vacaciones en función de competencias de atletismo.
En octubre tuve la dicha de viajar con un grupo de amigos y compañeros del equipo VO2MAX (Kerem, Rebeca y Marco) a una de las seis grandes maratones del mundo: la de Chicago. Esta fue mi segunda maratón, pero era la primera para mis amigos, por lo que viví los entrenamientos y el viaje con la misma emoción como si se tratara de la primera vez (creo que eso viviré en todas las maratones en las que me inscriba).
Desde mayo empezamos los entrenamientos y todo lo que eso implica: lesiones, dolores de rodilla, agotamiento y madrugadas. En los momentos de mayor intensidad, llegamos a correr hasta setenta o más kilómetros por semana. Pero valió la pena. Nuestro entrenador, Carlos Andrés Sequeira, nos dijo que íbamos a disfrutar esta maratón pues se vive como una fiesta.
No se equivocó, ver a más de tres millones de personas en las calles saludando a los 45.000 corredores es el mayor estímulo. En este año participamos más de cuatrocientos costarricenses (la segunda delegación latinoamericana más numerosa y la cuarta en el mundo), a eso hay que sumarle los familiares y amigos que llegaron a la ciudad de los vientos. Por el carácter alegre de los latinos, entre los corredores era muy fácil reconocer a nuestros compatriotas, las vistosas camisetas con los nombres y las banderas inyectaban más emoción. Abundaban las de México, pero en segundo lugar estaban las de Costa Rica. Cuando vas cansado y a punto de tirar la toalla, el saludo de desconocidos que gritan tu nombre y te dicen “pura vida tico”, te sacan la mejor sonrisa y alguna que otra lágrima. Te hacen sentir como Keylor Navas cuando atajó en el Mundial de Brasil. Eso es lo que tienen estas grandes maratones internacionales… Cada uno de los que estamos allí, sin importar el tiempo, nos volvemos campeones.
Nuestra edición
Para competencias como esta maratón, o en cualquier otro deporte, la preparación física es importante, pero la alimentación es fundamental. En mi caso, desobedecí al entrenador y a mis compañeros, que con insistencia me “recomendaron” que bajara unos cuantos kilos.
Desgraciadamente, esa negativa de comer mejor no ayudó a que lograra el tiempo que esperaba. Y mi caso no es el único. Un peso y un porcentaje de grasa adecuados marcan la diferencia. Por eso en esta edición tenemos un completo especial sobre comidas y meriendas deportivas. Está hecho con una guía que nos muestra ejemplos concretos de menús especiales para varios deportes y temporadas de entrenamiento.
Nuestra portada habla por si sola y no es necesario explicar las razones por las que tenemos en la portada a Michelle Lewin. Ella es una reconocida modelo fitness, y en esta edición le contamos cómo ha hecho para lograr esa espectacular figura.
Adicionalmente, tenemos varios artículos sobre ejercicio, salud y estilo que le pueden ayudar a seguir un estilo de vida wellness.
Espero que disfrute esta edición tanto como nosotros disfrutamos hacerla.