¿Síntomas comunes?

Cuando realiza ejercicio podrían presentarse algunos síntomas aparentemente normales y comunes, sin embargo es importante prestarles atención y analizar el contexto en el que suceden.

Dr. Álvaro Barrenechea, médico cirujano, educador físico y entrenador personal.

 

Cada ser humano representa un mundo diferente, y desde el punto de vista médico esto significa un reto para el profesional en salud; dar una respuesta o razón del por qué una persona siente o tiene algo puede ser tan complejo para una persona como tan sencillo para otra. Por esta razón se darán lineamientos generales sobre qué hacer ante síntomas y signos relativamente comunes y su relación con el ejercicio.

Cefalea (dolor de cabeza): se entiende como cualquier dolor o molestia en cualquier región de la cabeza, hay de muchos tipos y solo algunas estructuras anatómicas son capaces de generar dolor en la cabeza. En este caso lo más importante es conocer si hay una enfermedad de fondo en la persona (cefalea secundaria) como hipertensión arterial, enfermedad arterial, etc.; esto pondría en alerta a la persona y debe acudir de inmediato al médico.

Si la persona es conocida como sana, debemos estudiar si el dolor fue posterior a un golpe (jugando fútbol, baloncesto etc.) o si fue espontáneo; en caso de que haya sido por un golpe es importante acudir a un médico para descartar fracturas o fisuras, vigilar a la persona por sensación de adormecimiento y no se la debe dejar dormir hasta no ser estudiada por un profesional.

Una causa muy frecuente de cefalea relacionada con el ejercicio es la falta de energía; es decir, por una alimentación inadecuada para la actividad que se realiza, la hipoglicemia y deshidratación son consecuencias frecuentes en personas que no tienen una asesoría nutricional y practican actividad física, sobre todo si se realiza al aire libre; en estos casos comer una merienda y tomar suficiente líquido con electrolitos (en caso necesario) es lo indicado.

La cefalea es un síntoma muy inespecífico, pero siempre debe ser tomada en cuenta y lo primero, descartar aquello que atenta contra la vida de la persona. No es aconsejable comenzar actividad física moderada o intensa con un cuadro actual de cefalea.

Dolor de pecho: la angina de pecho puede ser otro síntoma frecuente en la población que practica ejercicio. Si existe este antecedente, la persona debe acudir a un médico con un electrocardiograma en reposo como mínimo para ser estudiado, y descartar patología cardiaca estructural, funcional o del ritmo.

El ejercicio es contraindicado hasta que esto no se esclarezca. Una vez descartada una etiología cardiaca, se debe revisar la técnica de respiración a la hora de entrenar; muchas veces la persona tiene una mecánica de respiración muy costal y en muchos casos esto es ineficiente y pone en alta demanda de trabajo los músculos intercostales, lo que podría traducirse en una costocondritis, una inflamación de la articulación que une la costilla con el esternón. Siempre que haya existido un trauma directo en esta zona, se debe acudir a un médico para tomar radiografías pertinentes y descartar una fractura costal.

Palpitaciones: es un término que suele confundirse con taquicardia. La palpitación es la sensación que describe el paciente a la hora de “sentir el pecho latir” aceleradamente y muy fuerte. Taquicardia por definición es un ritmo cardiaco superior a 100 latidos por minuto y no necesariamente se va a percibir. Igualmente en este caso lo responsable es acudir a un médico para estudios.

En relación con el ejercicio, es importante recordar la respuesta anticipada y precoz de la frecuencia cardiaca. Minutos antes de empezar el ejercicio, el corazón empieza automáticamente a latir más rápido y más fuerte, preparándonos para la actividad física que viene; una vez iniciada, la frecuencia cardiaca (latidos por minuto) empieza a aumentar vertiginosamente hasta alcanzar un nadir, es cuando las personas dicen “ya tomé ritmo”, y para generar otro aumento en la frecuencia cardiaca debemos subir de manera importante la intensidad del ejercicio, para nuevamente alcanzar otro nadir o punto de ritmo. Si la persona entiende esta respuesta fisiológica como normal, no va a generarse ansiedad a la respuesta del ejercicio y por ende la palpitación podría evitarse.

Falta de aire: la disnea puede ser por una causa secundaria como lo es la insuficiencia cardiaca, igualmente puede producirse en una persona asmática, o bien ser causa de “falta de acondicionamiento”. En todos los casos, lo primero es descartar una causa secundaria importante.

En el caso de pacientes asmáticos el ejercicio es considerado un detonante, por lo que aquellas personas asmáticas que se inician en el ejercicio deben portar su medicamento de rescate (inhalador de acción corta), utilizarlo 30 minutos antes de comenzar la actividad física, y tenerlo a mano en caso de una crisis inducida por ejercicio.

Sed: es la necesidad de ingerir líquidos, un instinto humano. En relación con el ejercicio no debe ser tomado a la ligera. La sed es una luz de alarma para asumir que ya se está en un estado de deshidratación o muy cerca de estarlo.

El mecanismo de la sed es complejo, sin embargo en términos generales no se debería iniciar una actividad física con sed; lo aconsejable sería hidratarse primero y luego empezar el ejercicio, y según su duración, lugar donde se realice e intensidad, contar con hidratación durante la sesión y sobre todo al finalizar esta. La hidratación es un proceso de pre, intra y post ejercicio.

Si hay alguien que padezca de mucha sed, que no se le quite con la ingesta de líquidos y no haya relación con una actividad física que sugiera deshidratación previa, es importante hacer un examen de glucosa en ayunas y una glucosa 2 horas postcarga, ya que la polidipsia es un signo frecuente en el diagnóstico clínico de diabetes mellitus y no debe pasar desapercibido.

El ejercicio es la medicina más efectiva que existe, la más barata y la que menos efectos adversos tiene, por esta razón no se aventure a practicarlo sin orientación profesional, asesórese con un entrenador calificado y apóyese con un médico que sepa de ejercicio.

Publicidad

Pin It on Pinterest