Puede suceder que la anemia no sea posible identificarla por el cúmulo de síntomas en el organismo, pero con el tiempo éstos pueden llegar a hacerse más evidentes
Por El Salvador
La anemia, que consiste en que el cuerpo no dispone de suficientes glóbulos rojos sanos y éstos son los que proveen el oxígeno a los tejidos corporales, es una enfermedad que genera bastantes dificultades en quien la padece.
Puede suceder que la anemia no sea posible identificarla por el cúmulo de síntomas en el organismo, pero con el tiempo éstos pueden llegar a hacerse más evidentes. Pensando en esto, a continuación te describo los síntomas de ambas condiciones (anemia leve o grave), a fin de que estés alerta por si los notas en ti o en tus hijos.
En una anemia leve o que se desarrolle lentamente, es posible que no tengas ningún síntoma. Pero los que pueden producirse primero son:
– Mal humor.
– Debilidad o cansancio constante, y más pronunciado si haces ejercicio.
– Dolor de cabeza.
– Problemas de concentración o al pensar.
– Cuando la anemia se hace más grave, los síntomas pueden incluir:
– Color azul en la esclerótica de los ojos (parte blanca).
– Uñas frágiles.
– Deseo de comer hielo u otras cosas no comestibles (síndrome de pica).
– Mareo al ponerse de pie.
– Piel pálida.
– Dificultad para respirar tras actividad leve o en reposo.
– Lengua adolorida.
Causas de la anemia
Muchas partes del cuerpo participan en la producción de glóbulos rojos, pese a eso su fuente principal es la medula ósea, que es el tejido blando en el centro de los huesos.
Cuando una persona padece anemia, lo que ocurre es que disminuye la hemoglobina (la proteína que transporta el oxígeno dentro de los glóbulos rojos y les proporciona su color) y, por lo tanto, los órganos carecen de oxígeno.
Así el asunto, la anemia puede ser provocada por:
– El mal funcionamiento de los órganos que participan en la producción de sangre y la mala absorción de los nutrientes que se consumen en los alimentos.
– Una alimentación inadecuada.
– Pérdida lenta de sangre durante el periodo cuando es abundante o por úlceras gástricas.
– Cirugía en la que se extirpa parte del estómago o los intestinos.
Además de eso, también puede ser provocada por:
– Algunos medicamentos.
– Muerte de los glóbulos rojos antes de lo normal, que puede ser causada por problemas en el sistema inmunológico.
– Enfermedades crónicas como cáncer, colitis ulcerativa o artritis reumatoide.
– Embarazo.
– Enfermedades que implican la médula ósea.
Si estas experimentando uno o más síntomas similares de los descritos, lo que debes hacer es acudir al médico y pedir que te haga los exámenes de rigor para poder ser diagnosticada y, de ser el caso, empezar un tratamiento que no sólo va a implicar medicamentos, sino ingesta de vitaminas y un cambio de hábitos alimenticios.
Es importante que estés atenta a los síntomas de la anemia si estás en estado de embarazo, ya que a causa de ella estará en riesgo tu salud y la del bebé. En casos más graves, la vida del niño estará en riesgo y si llega a nacer su salud va a estar muy deteriorada.
Cuídate y cuida a los tuyos con una buena alimentación, haz cita con el médico ante alguna leve señal de enfermedad. Aunque padecer anemia parezca que no es muy relevante, sí puede impedir que tengas una vida con calidad.