Encontrar una pareja o un pequeño grupo de entrenamiento no es sencillo, pero puede ser útil. Lo importante es analizar si realmente le sirve correr acompañado.
Por Erick Reyes
Imagínese en esta situación: suena el despertador un sábado, se levanta, se muda con ropa deportiva, desayuna y sale de madrugada para realizar un fondo de 20 kilómetros. Abre la puerta y confirma que la llovizna de hace rato es ahora un aguacero que raya en el diluvio. Salvo muy contadas excepciones, salir a entrenar con este panorama es una rutina difícil de mantener, a menos que se cuente con una pareja o un grupo de entrenamiento que nos haga sentir obligados a correr sin importar las condiciones que se presenten.
No obstante, hay quienes defienden el entrenamiento en solitario, pues consideran que les ayuda a conocerse mejor, marcar el paso, controlar la respiración y no sentirse presionados.
El asesor internacional en deporte Yamil Brenes hace un lado tal disyuntiva al afirmar que quien se siente bien entrenando en solitario puede seguir haciéndolo; pero quien desee entrenar en grupo o con una pareja de preparación debe escoger muy bien, porque siempre uno de los dos bandos saldrá perdiendo. “El atletismo tiene la particularidad de que no todos corremos al mismo ritmo; por lo tanto, al hacerlo en pareja, uno deberá aumentar su nivel o el otro deberá bajar el suyo. Escasas veces los dos tendrán un mismo pace (promedio de minutos por kilómetro recorrido) y podrían existir casos donde haya un mismo pace, pero los dos atletas tienen diferentes cronogramas de preparación. De manera que mientras uno busca su pico más alto de rendimiento, el otro ya está bajando cargas o apenas está iniciando su temporada”.
Planes diferenciados
Múltiples razones hacen necesario que todo plan de entrenamiento, aunque sea grupal, evalúe por separado las condiciones de cada uno de los atletas. Los niveles de acumulación del ácido láctico a diferentes intensidades y en periodos distintos, así como el biotipo, obligan a los profesionales de la preparación física a poner atención a esos detalles que redundarán en mejores marcas personales.
“En un ritmo determinado, siempre un atleta irá sufriendo más que el otro y esa situación lo llevará por dos caminos: a motivarse para mejorar y ser tan bueno como los demás del grupo o desmotivarse por no alcanzar rápidamente ese nivel deseado. Los trabajos grupales son beneficiosos, pero pueden ser contraproducentes en algunas personas. Siempre debe haber aspectos diferenciadores en esos planes de entrenamiento”, concluye Yamil.
El dato
Correr acompañado estimula la generación de células cerebrales, aumenta la percepción espacial y la comunicación entre las neuronas, según la revista Nature Neuroscience.
Juzgue usted
Algunos experimentos concluyen que las ratas que se mantuvieron corriendo aisladas podían obtener los mismos beneficios cerebrales que aquellas que corrieron acompañadas, aunque para hacerlo tenían que correr durante mucho más tiempo. ¿Habrá alguna relación entre correr acompañado en la calle o hacer largos fondos solitarios en la montaña?