Por Runtastic
Llevas toda la mañana esperando la hora de comer. Llega el momento y te comes tu almuerzo, te sienta genial, pero después de terminar empiezas a notar sueño y cansancio.
Esto es lo que pasa en tu cuerpo
Después de comer, el cuerpo empieza a funcionar a toda marcha – empieza con el proceso digestivo: la cantidad de sangre en el estómago y los intestinos aumenta y llega menos oxígeno al cerebro. Esta falta de oxígeno se manifiesta en forma de fatiga y somnolencia.
Lo que comes también influye en cómo te sientes: si comes alimentos altos en azúcar y carbohidratos simples (por ejemplo, pasta o pan blanco), el cuerpo libera más insulina. La insulina es una hormona peptídica que reduce los niveles de azúcar en sangre, así que si tu cuerpo libera demasiada insulina, puede llevar a un colapso de azúcar en sangre. Esto provocará sensación de cansancio y falta de energía, y tendrás dificultades para concentrarte. Y, ¿qué te va a apetecer sintiéndote así? ¡Más azúcar! Si comes de forma más saludable y equilibrada, puede que sientas menos cansancio después de comer, así, tendrás más energía a lo largo del día y aumentarás la productividad.
1. EL DESAYUNO ES LA CLAVE
Desayunar por la mañana te activa y evita que tengas ataques de hambre a lo largo del día (algo que también te puede causar fatiga). Además, si desayunas, a la hora de comer no tendrás tanta hambre y, al terminar, no te invadirá el cansancio.
2. LA HIDRATACIÓN ES IMPORTANTE
¿Te has pasado a la hora de comer? Ten cuidado: mucha gente confunde la sed con el hambre. Asegúrate de que estás bebiendo suficiente agua.
3. HACER EJERCICIO AYUDA
Un paseo corto después de comer te puede ayudar. El aire fresco y el ejercicio aportan una gran cantidad de oxígeno al cerebro. Si no puedes salir, abre la ventana y respira un poco de aire fresco. O puedes hacer 20 sentadillas: no te llevará mucho tiempo y favorecerás la circulación de la sangre.
4. ATENCIÓN CON EL CAFÉ
Si crees que beber cinco cafés te va a despertar, recuerda este dicho alemán: “hacer mucho no siempre ayuda mucho”. Tomar una bebida con cafeína está bien porque estimula la liberación de adrenalina. Pero más de una, tiene el efecto contrario, así que sentirás mucho cansancio. Si necesitas un chute de energía, no esperes demasiado entre la comida y el café o tendrás problemas para dormir por la noche.
5. ECHA UNA SIESTA
Por supuesto, no todo el mundo se puede permitir el lujo de echarse una siesta después de comer. Pero ya hay muchas empresas que cuentan con salas donde los empleados pueden descansar 10-20 minutos. Esta es la duración máxima que deberías dormir para levantarte con energías renovadas. Si duermes más, puede que te levantes con aún más sensación de cansancio que antes.
6. NO TE SALTES LA COMIDA
Solo porque la fatiga te invada después de comer, no significa que debas dejar de comer. Prueba a comer porciones más pequeñas y alimentos más saludables. ¿Te apetece una comida sabrosa que no te caiga como una piedra en el estómago?
ALIMENTOS QUE PROVOCAN FATIGA
¿Sabías que hay muchos alimentos que contienen triptófano, un aminoácido que induce al sueño? Puede integrarlos en tus cenas, pero deberías intentar moderarte con los siguientes alimentos a la hora de comer:
- Leche
- Carne: cerdo, pollo, ternera
- Pescado: atún, caballa, salmón, trucha
- Queso: parmesano, emmental, edam, brie, camembert
- Cereales: avena, productos con harina de espelta, de mijo o de trigo (sarraceno)
- Frutos secos: nueces, arándanos, avellanas