Thigh Gap: Una moda peligrosa

Algunas adolescentes están recurriendo a dietas extremas para lograr la máxima separación entre sus muslos. Los especialistas advierten los riesgos de esta tendencia.

Por Ivannia Varela, periodista

Ellas creen que se ven más sexys y por lo tanto, están dispuestas a pagar cualquier precio con tal de lograr unas piernas tan delgadas que –al juntarlas– quede un espacio (lo más grande posible) entre los muslos. A esto se le conoce como Thigh Gap, una moda que ha puesto en alerta a psicólogos, nutricionistas, médicos y entrenadores físicos, quienes coinciden en que para llegar a tener esa figura la mayoría de las adolescentes solo tiene dos caminos: someterse a una cirugía cosmética o realizar dietas extremas, al punto de sufrir anorexia.

Las muchachitas quieren de esta manera imitar a algunas celebridades, quienes supuestamente presumen por tener sus muslos separados. Entre los argumentos de las defensoras de este tipo piernas se encuentran: “A los chicos les encantan”, “ayudan a lucir mejor los pantalones tubos”, “las mujeres se ven más altas” y “muchas dejan de sufrir por las incómodas rozaduras de piel que se producen al chocar los muslos”, explica el portal electrónico Terra.com.
En Internet abundan los sitios en donde las adolescentes cuentan sus experiencias diarias para conseguir esta meta. Algunas confiesan
que han dejado prácticamente de comer y otras se visualizan tan expertas en la materia que recomiendan a las demás realizar algunos
ejercicios para trabajar los músculos en cuestión. Hay quienes aseguran que están obteniendo excelentes resultados, pero también las
que se quejan porque sus muslos continúan intactos.
Un asunto de contextura
Para el entrenador Marco Hio, del gimnasio Columbus en Alajuela, esta moda adolescente no tiene sentido, porque la separación natural entre los muslos depende únicamente de la morfología de las personas. Para probar su teoría, Hio le pidió a varias de las muchachas que asisten al gimnasio que juntaran sus rodillas para ver cuántas mostraban esa separación. “Había chicas delgadas y ni ellas podían lograrlo, las únicas que quizá presentaban una leve separación eran las que, por decirlo de alguna manera, eran un poquito corvetas”.

Desde su punto de vista, ningún ejercicio, debidamente realizado, puede hacer que la morfología de las personas cambie tan radicalmente. “Si tratan de conseguir esta figura a punta de dietas, es un error lamentable, porque –además de ser dañino para la salud– nadie adelgaza solo de una parte del cuerpo; se adelgaza de forma pareja”, recalcó Hio, quien está cursando estudios en nutrición.
Karla Barranechea, nutricionista y madre, opina parecido. Según ella, los papás de adolescentes deben estar muy atentos para evitar
que las hijas jueguen con su alimentación. “Las dietas locas pueden traer consecuencias o anorexia, bulimia, insuficiencias nutricionales, baja en las defensas, problemas de piel y de cabello, entre muchas enfermedades muy serias y lamentables”.
Y si las chiquillas salen con el argumento de que es mejor estar delgadas, la médico general Carmen María Brenes también les tiene
una respuesta: “La obesidad es un problema de salud pública, es cierto; pero está comprobado que la grasa a nivel de muslos no se traduce en enfermedad cardiovascular”.

Otras “extravagancias”
Además del Thigh Gap, en los últimos años han incursionado otras modas que podrían ser catalogadas como riesgosas. de acuerdo
con el sitio Peru.com, estos son algunos ejemplos:
Uso de corsés las 24 horas del día para estrechar la cintura.
Loub job: aplicación de bótox en los pies para soportar durante más tiempo los tacones altos.
Amputarse el dedo meñique del pie: para también usar zapatos de punta y bien altos.
Implantes de mentón: se calcula que este tipo de cirugía aumentó 71% durante el 2012 en Estados Unidos.

Esa complicada etapa
Entre los consejos que se ofrecen a los padres de familias para luchar contra las modas riesgosas que tientan a sus hijos, la psicóloga María Ester Flores Sandoval recordó que los adultos deben comprender primero las características propias de la adolescencia. “es una época en la que los jóvenes son muy vulnerables a hacer cosas que la mayoría de un grupo propone, como el uso del lenguaje, ropa,
música, videos. los amigos se convierten en un mecanismo para compensar sentimientos de miedo, inseguridad y angustia que se generan al crecer. Por lo tanto, desean ser aceptados por ellos, sin importar a veces los peligros que podrían suponer algunas prácticas”, indicó Flores. Desde su óptica, aquí es donde los papás deben hacer todo lo posible por explicarles los muchachos lo bueno y lo malode las circunstancias, y guiarlos para que tomen las mejores decisiones.

Con respecto a la moda del Thigh Gap, Flores aconsejó hablar con las adolescentes para que ellas analicen por qué quieren realmente seguir patrones como estos. “En el caso de las jóvenes que por etnia, herencia y costumbres alimenticias tienden a ser gruesas, no deberían dejarse llevar por tendencias que las conduzcan a la anorexia u otros tipos de sacrificios y autoagresiones. Lo que puede
comenzar como un simple juego y un reto a la voluntad se puede transformar en algo terrible”.
La especialista dijo que a las adolescentes hay que hacerles entender que las modas no pueden inducir al autodesprecio del cuerpo femenino. “Se deben respetar las diferentes contexturas y motivar a las jóvenes a quererse y aceptarse a sí mismas”.

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