De la playa al microscopio: científicos uruguayos van tras el cáncer de piel

Nuestra piel no es igual a nivel molecular en el día que en la noche.

Por EFE

¿Qué pasa si miramos en el microscopio la piel del bañista que, sin preocuparse, toma sol en la playa? Un innovador proyecto de médicos y científicos uruguayos busca responderlo para combatir el cáncer de piel.

Un intercambio de palabras entre médicos de la Cátedra de Dermatología del Hospital de Clínicas (HC) y los científicos de la Unidad Mixta de Bioimagenología Avanzada del Instituto Pasteur (IP), ambos en Montevideo, alcanzó para abrir la puerta a la singular alianza que busca ahora toparse con nuevos hallazgos.

Como señala a Efe el profesor adjunto de la Cátedra de Dermatología del HC, Julio Magliano, a fines de 2020 surgió entre estos científicos la idea del proyecto que recibe este jueves el segundo premio del concurso Vichy Exposome Grant para las regiones de Latinoamérica, África y Medio Oriente.

LA LUPA EN EL EXPOSOMA

La propuesta de la marca de cosméticos se centró en estudios relativos al exposoma, término que define a los diversos factores externos que inciden en el organismo y que, según acota la dermatóloga del HC Soledad Machado, en el caso de la piel van desde el humo de tabaco hasta la radiación ultravioleta (UV).

Como detalla la médica, en tanto este conjunto de factores puede ser determinante para diversas patologías, la clave para el proyecto será indagar sobre su efecto en la más preocupante: el cáncer de piel.

«Sabemos que el cáncer de piel es el más frecuente en el ser humano y es un cáncer que muchas veces puede ser de diagnóstico tardío porque el examen de piel es algo que no hacemos comúnmente y hay zonas de la piel que no podemos valorar, por ejemplo la espalda», explica Machado.

En esa línea, el investigador del IP Andrés Kamaid sostiene que el grupo decidió enfocarse en estudiar cómo afecta la radiación UV tanto al envejecimiento de la piel como a la generación del cáncer a nivel molecular y conforme al «ritmo circadiano», es decir, en distintos intervalos del día.

«Nuestra piel no es igual a nivel molecular en el día que en la noche; uno de estos cambios fundamentales que ocurre tiene que ver con los cambios metabólicos dentro de las células de nuestra piel; nosotros no lo percibimos a simple vista pero a nivel molecular hay diferencias», acota.

A eso agrega que, con ese objetivo y dado que no es posible conducir los experimentos en humanos o animales sin causar daños de radiación, el equipo del proyecto, premiado con 5.000 euros de financiación, generará modelos celulares exvivo, que serán analizados asimismo con los equipos de microscopía bifotónica del IP.

EL PELIGRO DE EXPONERSE

Como destaca Magliano, según el último estudio de Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer, en Uruguay mueren dos personas por semana por cáncer de piel -sea melanoma o carcinoma-, una enfermedad con indicadores de mortalidad e incidencia que van en aumento por causas muchas veces prevenibles.

«Antes se pensaba que (la alta incidencia) era por el diagnóstico tardío pero hoy en día la población está más consciente de hacerse los chequeos (…), saben el daño que produce el sol y cómo se cuida», apunta, y aclara que, por ende, el fallo está en la falta de hábito en la fotoprotección.

«El protector solar es un accesorio, lo que hay que usar son las medidas físicas, que es fundamental: ropa de colores oscuros; manga larga; sombrero, que tiene que ser de ala ancha, que cubra las orejas y haga sombra en la cara; lentes con filtros para el sol y buscar la sombra», resalta.

Para el docente, lo que se observa en Uruguay, sin embargo, es que las personas acuden a la playa en un horario peligroso como el mediodía y usan el protector solar como única medida, por lo que el riesgo es inminente.

ALIENTO PARA SEGUIR

Que el proyecto uruguayo haya sido seleccionado y premiado tras competir con investigaciones de otras regiones del mundo es para Kamaid «un orgullo muy grande» para el equipo recién formado que, atina, logra combinar dos mundos distintos: la clínica y la ciencia básica.

«Es un grupo que genera un puente entre la investigación básica, con equipos de microscopía avanzada únicos en el país y en la región, y la experiencia clínica de los médicos que están tratando pacientes», recalca y enfatiza que por ello el premio da «un empuje muy lindo».

«(En Uruguay) no tenemos un desarrollo científico aún tan grande en términos de infraestructura pero sí en el valor de las ideas y de la calidad del trabajo que realizamos. Eso se vio reflejado, entonces es un enorme orgullo», concluye.

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