El ciclismo no escapa a la transición

La vida sobre dos ruedas sigue siendo divertida pero ahora muchos optan por embarrialarse aún más.

El fenómeno social de buscar la montaña como una forma de recreación y ejercicio toma cada día más fuerza. Aire más limpio, menos ruido, ausencia de vehículos y paisajes más atractivos que las moles de concreto de la ciudad, parecen ser las justificaciones más palpables.

Aunque el ciclismo, en cualquiera de sus modalidades, sigue siendo uno de los deportes preferidos por los costarricenses, es la especialidad de montaña la que ha tenido el mayor crecimiento desde mediados de la década de los noventas.

Los triunfos internacionales de un ciclista cartaginés hicieron que el mountain bike creciera en muy poco tiempo a niveles casi impensables.

El ciclismo de montaña en Costa Rica tiene dos historias: una antes y otra después de Andrés Brenes, campeón latinoamericano de ciclismo de montaña en 1994; medalla de plata en los Juegos Panamericanos de 1995; sexto lugar en los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996, y primer ciclista tico en ser contratado profesionalmente en el extranjero.

Desde ese momento, Andrés fue el ejemplo a seguir y sus palabras animaron a muchos. “En la carretera todo es tedioso; en la montaña hay más emoción, el terreno es una sorpresa, con múltiples obstáculos, por lo que hay que saber enfrentar cualquier situación inesperada», dijo Brenes antes de ganar su medalla de plata panamericana.

Dos décadas después, el ciclismo ya no es solo de competencia, también es recreativo, no es exclusivo de profesionales en la materia, sino para cualquiera que guste pasar un bonito rato conociendo lugares y haciendo deporte con la familia o los amigos.

La transición

No hace muchos años atrás, se pensaba que el ciclismo era solo para gente que tenía condiciones innatas para ser un deportista de alto nivel, y el ciclismo de montaña cambió esa idea. Así se resume el pensamiento de muchas personas que optaron por un cambio en su estilo de vida y hoy disfrutan de las bondades del mountain bike.

“Pasé de ser un tomador y un fumador de muchos años, a ser un entusiasta ciclista de montaña. Cambié mis salidas de los viernes por la noche, por madrugar los sábados para ir a entrenar. Si yo pude cambiar, los demás también. Por eso fundé el grupo, para que muchas personas cambien su vida sedentaria por una más activa”, comentó Fabián Durán, fundador del grupo Pericos MTB.

“En este grupo (fundado en Santa Ana), todas las personas tienen cabida, sin importar el nivel en el que se encuentren. Tenemos compañeras y compañeros que han hecho hasta la Ruta de los Conquistadores y otros que apenas se incorporan. Cada sábado vemos caras nuevas y por eso nuestros eventos tienen variabilidad en el nivel de exigencia, para que nadie se sienta excluido”, añadió Durán, quien asegura haber perdido peso y ganado salud gracias a la bicicleta.

Según Durán, “Pericos MTB es un grupo sin fines de lucro y sin divisiones religiosas de ningún tipo; sin embargo, cada vez que vamos a iniciar un recorrido nos encomendamos al Ser Supremo y rogamos protección. Somos muy organizados y tenemos radios de comunicación, sistemas de posicionamiento global (GPS) y contactos con los hoteles y lugares donde nos reciben al terminar nuestros recorridos. No cobramos por estar en el grupo, solo nos siguen por redes sociales y nos pueden acompañar cuando gusten”.

A pesar del crecimiento, y hasta especialización del ciclismo de montaña, hay quienes consideran que ya se alcanzó “el techo”. Tal es el caso de Javier Vega Zúñiga, quien ha sido amante del ciclismo toda su vida y considera que el boom ya pasó. “Hay mucha gente haciendo ciclismo de montaña, pero no creo que siga creciendo a este ritmo. El mountain le ganó el pulso al de ruta, porque es más accesible, en promedio las bicicletas son más baratas y es mucho más versátil. La bici de mountain es la misma de pasear, de entrenar y hasta para hacer mandados; en cambio en ruta el perfil es diferente. A eso hay que sumarle que hacer ciclismo en nuestras calles es muy peligroso porque muchas de ellas no tienen espaldones para el tránsito de ciclistas”.

Para este coronadeño, fundador del grupo BICLASCR, el ciclismo es contagioso y une a la familia, pues en cada carrera compiten familias enteras, o quienes no suben a la bicicleta se dedican a apoyar y dar asistencia.

“Suena trillado pero es la verdad. A la gente ahora le gusta más la aventura, ensuciarse, sentirse parte de la naturaleza, aunque reconozco que hay quienes en invierno no son muy amantes del ciclismo como sí lo son en verano. Hay de todo, pero a la gente le gusta más la montaña porque ofrece cosas que no vivimos diariamente”, añadió Vega.

Recomendaciones

Si usted quiere meterse de lleno en el mundo del ciclismo de montaña no tiene que darle mucha vuelta al asunto. Así se desprende de las declaraciones de Fabián Durán y Javier Vega, quienes dicen que solo debe hacerse la inversión inicial y quitarse los miedos o complejos.

“Hablando de complejos, le aseguro que el ciclismo ha cambiado incluso a nuestra sociedad. Cuando yo me puse una licra por primera vez hace como 20 años, me sentía todo raro y la gente me veía extraño. Ahora es lo más normal del mundo”, apunta don Javier en medio de risas.

“Yo recomiendo que vayan a un ciclo donde le puedan hacer la medida adecuada para la bicicleta de su tamaño. Dichosamente estos negocios se han especializado y ahora cuentan con personal calificado y el equipo necesario para recomendar la mejor bicicleta posible, pero también debo decir que, desgraciadamente, hay ciclos que solo venden por vender y puede ser que alguien llegue a buscar una bicicleta y le terminen vendiendo una más grande solo porque la tienen pegada desde hace mucho tiempo”.

Una bicicleta básica para empezar y después “de arriba para abajo”. Así parece ser la consigna para iniciar en el mountain bike. Casco, lentes, guantes, un inflador y cajita de parches. “Ya después si usted ve que le gustó la cosa, piense en cambiar componentes de la bicicleta, ponerle otra manivela, comprarse unos zapatos especiales con clip y su uniforme completo. Pero no piense en estas últimas cosas sin antes haber probado, porque conozco cientos de casos de gente que hace la inversión y al tiempo se dan cuenta que no es lo que esperaban y la decepción es mayor”, agregó don Javier.

El temor de la inseguridad

La delincuencia e inseguridad siguen siendo las principales preocupaciones de la población y el ciclismo no escapa a eso. El alarmante aumento en los robos de bicicletas sigue siendo uno de los principales temores, a pesar de la reducción de estos delitos desde hace varios meses.

Para Fabián Durán, de Pericos MTB, es difícil controlar a las personas que entran al grupo, a pesar de que siempre hay algunos filtros. “Cuando vemos la solicitud de amistad en redes sociales nos fijamos en algunas cosas que pueden servirnos para tener un perfil de la persona que quiere entrar en nuestro grupo. Es riesgoso siempre, pero no podemos tener un manejo tan cerrado de la información”, dijo Durán al consultársele sobre la tendencia de los grupos de ciclismo de montaña de ser cada día más anónimos,  y que de esta manera muchos grupos mafiosos que se dedican al robo de bicicletas no sepan el lugar o la hora en la que estarán entrenando.

“Tenemos que correr el riesgo con la información, pero obviamente si sabemos que hay muchos robos en una zona, no vamos”, añadió Durán.

Y es que el robo de las bicicletas pasó a convertirse en una mafia que llegó al punto de descartar aquellas que no son del perfil que buscan. “Usted no me lo va a creer, pero roban por encargo. He conocido casos donde llega un camión, se bajan varios tipos armados y escogen las bicicletas que se van a robar y aquellas que no son muy caras en el mercado curiosamente ni las vuelven a ver. Es decir, la mafia sabe qué robarse y qué no”, apuntó don Javier Vega, quien a la vez reconoce que los robos de bicicletas siguen dándose pero en menor número que antes.

“Mi recomendación es una: si quieren hacer ciclismo de montaña en lugares seguros, aléjense de la capital, vayan a las provincias, a las zonas rurales. De por sí al ciclista de montaña no le interesa gastar todo su domingo en un ride largo. Hubo un momento en el que se hizo insostenible este problema del robo de bicicletas. La ruta de Orosi hacia Lourdes de Agua Caliente, en Cartago, se hizo tristemente famosa por el incremento en los robos. Lo mismo sucedía en Coronado, subiendo hacia Aserrí, Rancho Redondo, la zona de la Universidad para la Paz y las inmediaciones del cerro La Carpintera”.

Este panorama hizo que los organizadores de competencias o paseos en bicicleta optaran por buscar lugares más alejados pero más seguros para sus eventos. Guanacaste, el Caribe, la Zona Norte, los pueblos de Occidente, el Pacífico Central y Sur, Zona de los Santos y poblados turrialbeños, son solo algunas de las sedes de los más concurridos eventos de ciclismo de montaña cada fin de semana; todos ellos llenos de optimismo, hermandad, ambiente familiar y mucha salud.

 

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